Qué significa que alguien interrumpa constantemente las conversaciones, según los expertos en psicología

Según varias expertas en comunicación y psicología, existen distintos factores psicológicos y culturales tras esta actitud.

Alicia Alarcón
Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Boca cerrada
CANVA

Quienes interrumpen constantemente una conversación pueden provocar un gran malestar. De hecho, esta es una actitud un tanto desagradable para la mayoría. Según la profesora de Comunicación en la Universidad de Rutger, Maria Venetis, insinúa que las ideas de la otra persona o su participación no son válidas. Sin embargo, el verdadero motivo de esta actitud dista mucho de su apariencia. Según la experta, en la mayoría de los casos no se trata de impertinencia, narcisismo o aburrimiento. La realidad des que hay varios factores psicológicos y culturales detrás.

Distintos factores psicológicos se sitúan tras esta explicación a esta actitud tan molesta 

Casi todos conocemos a una persona que interrumpe sin cesar en las conversaciones. De hecho, tal vez ese individuo eres tú. En cualquier caso, los expertos han desvelado los motivos que se sitúan detrás de esta actitud ya que, por lo general, no son comportamientos intencionados. Maria Venetis, profesora asociada de Comunicación en la Universidad de Rutgers, ha explicado en 'The New York Times' que las interrupciones constantes se reciben de forma desagradable y los motivos detrás "son dañinos". De hecho, según la escritora Susan RoAne, este es uno de los principales motivos por los que se termina una conversación. Lo cierto es que la psicología es capaz de explicar la raíz de este comportamiento. Uno de los principales motivos que ha analizado esta ciencia es la necesidad de control.

En muchos casos, las personas que interrumpen inconscientemente lo hacen porque tienen unos objetivos claros y tratan de alcanzarlos lo antes posible. Es por este motivo que terminan haciéndose con todo el control de la conversación. Pretenden dirigirla hacia su meta. La segunda de las explicaciones que se sitúa tras esta actitud es que se trata de un patrón aprendido de las costumbres familiares. Es decir, desde niños imitamos y aprendemos algunos comportamientos de nuestros padres y lo cierto es que este es uno de ellos. Aunque parece una conducta completamente natural, la psicología asegura que no lo es. En su lugar, se trata de una repetición de patrones que presenciamos en casa y desde pequeños. Al igual que con este comportamiento, desde niños adoptamos diferentes virtudes comunicativas de nuestro entorno.

En muchos de estos casos, algunas personas incluso creen que interrumpir provoca que una conversación sea más dinámica cuando realmente no es así. Es por este motivo que una educación adecuada es fundamental para evitar actitudes negativas y dañinas en la madurez. Sharon Saline, doctora en Psicología, asegura en su artículo 'On Your Way with ADHD' que esta actitud también aparece en personas que padecen TDAH o tienen falta de autocontrol. “Las personas con TDAH suelen tener un control de los impulsos verbales más débil y problemas con la memoria de trabajo y la metacognición. Puede interrumpir y no recordar esperar su turno porque no confía en sí mismo para recordar lo que quiere decir más tarde”, señala. Según sus estudios, esto mismo también ocurre con las personas neurodivergentes o con espectro autista.

Por lo general, manifiestan dificultades para filtrar estímulos e incluso sus propios pensamientos. Esto a su vez complica las capacidades comunicativas y de concentración en una conversación. Carl Rogers, impulsor de la psicología humanista, también sostiene que durante la escucha activa el oyente debe "suspender sus propios juicios" e implicarse "genuinamente en la experiencia del otro”. Esta es la forma ideal de interpretar la información que se está transmitiendo. Otro de los motivos que explican las actitudes de las personas que tienen a interrumpir es una excitación excesiva. Barbara Fredrickson, psicóloga, señala en su estudio 'The broaden and build theory of positive emotions' que el entusiasmo impulsa a las personas a actuar con rapidez y sin pensar.

Lo cierto es que, a la hora de comunicarnos, esta excitación se manifiesta en forma de interrupción. “Interrumpen porque están tan entusiasmadas con lo que usted está diciendo que no pueden esperar hasta el final de su declaración para aportar sus propios pensamientos y sentimientos”, sostiene. Pese al entusiasmo por una noticia o una anécdota, no debemos dejar que este nos corrompa y, en su lugar, hay que gestionar primero esa emoción. En último lugar, la psicología también ha esclarecido que las diferencias de género también pueden ser motivo de interrupción.

Según el estudio 'Influence of Communication Partner's Gender on Language' elaborado por la Universidad George Washington, los hombres interrumpen a las mujeres con un 33% más de frecuencia que a otros hombres. “Las investigaciones han demostrado que los hombres son más propensos que las mujeres a realizar interrupciones intrusivas que silencian a otros oradores y las mujeres son más propensas a ser el objetivo de estas interrupciones”, señala el estudio. Gracias a los distintos descubrimientos que han llevado a cabo la ciencia y la psicología, ahora somos capaces de entender mejor nuestra mente y nuestros impulsos. Con toda esta información, es el trabajo individual el único capaz de corregir las actitudes dañinas.