“Sigue ocurriendo, Andy, pero ahora es peor para mí”. La historia puede dar un vuelco en cuestión de poco tiempo. El caso de los hermanos Menéndez se encuentra en un punto en el que todo lo que conocemos puede cambiar. Para situarnos, recapitulamos. Erik y Lyle Menéndez eran dos hermanos de una familia acomodada de Beverly Hills. Su padre había emigrado de Cuba y había terminado siendo directivo de una compañía multinacional, International Video Entertainment. Sus vidas eran de todo menos preocupantes.
Lyle y Erik gastaban dinero sin parar. Sus padres todo se lo permitían. Hasta que llegó el 20 de agosto de 1989. Ese día, el matrimonio se encontraba en casa viendo la tele. Sus hijos aparecieron con dos escopetas y les dispararon. Mataron al padre por detrás. La madre, espantada, arrancó a correr pero la derribaron de camino. Había terminado el infierno. Los hermanos recogieron todo y se marcharon al cine. Iban a ver una película de James Bond. ‘Licencia para matar’, concretamente. Al final no quedaban entradas y se metieron en otra sala.
Al volver a la casa, encontraron los cuerpos y llamaron a la policía. Escenificaron todo un teatro para hacer creer que se habían ido al cine mientras llegaban los asaltantes. Uno de los hermanos confesaría más adelante que incluso recogió un casquillo de la escena mientras estaba la policía presente. Los agentes no se creyeron nada y les situaron como principales sospechosos. ¿Qué había pasado en esa mansión?
La historia se convirtió en el crimen más famoso de Estados Unidos. La retransmisión del juicio en directo en televisión, algo habitual en América, hizo que la popularidad creciese más y más. Todo el mundo quería saber qué pasaba con los Menéndez, esos chicos ricos que habían matado a sus padres. Ahora es Netflix quien se ha dejado seducir por la historia. Este próximo 19 de septiembre se estrena ‘Monstruos’, la historia de los hermanos con Javier Bardem.
El giro del caso de los hermanos Menéndez
La defensa de Lyle y Erik, aunque ambos tuvieron condenas separadas, se fundamentó en lo mismo: defensa propia. Los hermanos confesaron haber matado a sus padres y reconocieron el crimen pero no que fuese algo premeditado. Desvelaron abusos constantes del padre desde niños y un trauma que no habían podido superar. Nadie les terminó creyendo del todo.
Los hermanos fueron condenados a cadena perpetua. Su confesión y la posibilidad de un abuso infantil hicieron que se rebajase la pena y no terminasen sentenciados a la silla eléctrica. Ambos ingresaron en prisión aunque en diferentes cárceles. Debían separarlos. Juntos eran un auténtico peligro. Ahí comenzó la segunda vida de los Menéndez. Una existencia entre rejas en la que incluso acabaron casándose ambos. Pero su vida puede dar, a estas alturas, un nuevo giro.
Los abogados de los hermanos han encontrado nuevas pruebas este mismo año que posibilitarían reabrir el caso. Una documentación en la que se aferran y que demostraría que la versión de los abusos de los jóvenes sí tuvo fundamento. Así lo explicaban los letrados tras solicitad el habeas corpus ante el Tribunal Superior de Los Ángeles.
La nueva prueba en el caso de los Menéndez
“Hemos recibido la petición de habeas en el asunto Menéndez y actualmente está bajo revisión”, explicó la oficina del fiscal de Los Ángeles. La misma que se encargó del juicio en los años 90. Resulta que han aparecido nuevos documentos que pueden probar los abusos cometidos por José, el padre de los hermanos. Una cara de Erik a su primo Andu, enviada en 1988 habla precisamente de esto:
“Sigue ocurriendo, Andy, pero ahora es peor para mí. Tiene tanto sobrepeso que no soporto verlo”, dice la carta. “Nunca sé cuándo va a pasar y me está volviendo loco. Todas las noches me quedo despierto pensando que puede venir. Necesito quitármelo de la cabeza. Sé lo que dijiste antes, pero tengo miedo. No conoces a papá como yo. Está loco. Me ha advertido cientos de veces que no se lo diga a nadie, especialmente a Lyle. ¿Soy un quejica? No sé si voy a superar esto. Puedo manejarlo, Andy. Tengo que dejar de pensar en ello”.
No sería el único caso, además. Roy Rosselló, artista que formó parte del grupo infantil ‘Menudo’, también habría denunciado los abusos de Menéndez, entonces directivo de la compañía de discos. La declaración de Rosselló se habría aportado judicialmente en el habeas corpus que se ha presentado por parte de los abogados de los hermanos Menéndez.
“En resumen, las nuevas pruebas no sólo demuestran que José Menéndez era un hombre violento y brutal que abusaba sexualmente de los niños, sino que sugieren que, de hecho, seguía abusando de Erik Menéndez en diciembre de 1988. Tal y como la defensa había argumentado todo el tiempo”, relata el canal ‘CNN’ que ha tenido acceso a dicho documento presentado.