La gratitud. Ser agradecido como forma de vivir y estar en el mundo. La palabra -concepto de mucha importancia entre los psicólogos de conforman la corriente de la psicología positiva- proviene del latín, gratia, y puede significar, según en el contexto en el que nos encontremos, agradecimiento o amabilidad. Pero, ¿cómo hay que entender esta emoción que muy poca gente la tiene verdaderamente presente en su vida?
Pues bien, según ‘Harvard Health Publishing’, de Harvard Medical School, desde el prisma psicosocial la gratitud aglutina varios significados. ‘Tirando’ de ella, los individuos son capaces de reconocer la bondad en su vida, pero también, por ejemplo, es una manera de agradecer con conciencia lo que uno recibe, ya sea material o no.
Tu vida cambiará si conectas con esta 'gran' emoción
Emoción que, desde luego, debe ser trabajada concienzudamente pero de la que se obtiene unos beneficios inconmensurables. Un proceso nada sencillo -los psicólogos son quienes mejor pueden ayudarte a entenderla y a interiorizarla en tu día a día para que vivas con mayor plenitud- en el que lo primero es reconocer que esa bondad no depende de nosotros mismos. Emana de los demás.
Ser agradecido no es baladí. Porque conectas con algo mucho más grandioso, según aseveran los estudiosos de Harvard Medical School: “ayuda a las personas a conectarse con algo más grande que ellas mismas como individuos, ya sea con otras personas, la naturaleza o un poder superior”.
Todas las investigaciones coinciden: hay una clara conexión entre gratitud y bienestar
Es fácil llegar a la conclusión de que poner en primer plano la gratitud como una constante en la vida nutre, más pronto que tarde, del gran sentimiento buscado por el ser humano desde que el mundo es mundo y la tierra es plana: la ansiada felicidad. Positiva consecuencia a la que no solo se llega a través del sentido común o la lógica, pues hay importantes estudios que así lo demuestran.
Por ejemplo, un nuevo estudio del eminente Doctor EP Seligman, psicólogo de la Universidad de Pensilvania, refleja el rápido impacto positivo de la gratitud en sus 411 individuos participantes, principalmente en una de sus pruebas. Uno por uno han tenido que escribir una carta de agradecimiento a alguien al que nunca antes le hubieran agradecido su generosidad o amabilidad. Como resultado instantáneo, estas personas hicieron aumentar considerablemente sus puntuaciones en felicidad. Beneficios que, por otro lado, destaca el informe, duraron aproximadamente un mes para todos.
Por otro lado, también recientemente, los célebres investigadores en su campo, el Doctor Michael E. McCullough de la Universidad de Miami y el Doctor Robert A. Emmons de la Universidad de California en Davis han realizado un arduo trabajo de investigación sobre el sentimiento que nos ocupa con un universo muy amplio y diverso de sujetos que confirma el buen hacer del trascendental ‘agradecer a la vida y los demás’. En este caso, les pidieron que escribieran en privado algunas líneas sobre su semana.
Un primer grupo escribió sobre sus ‘disgustos’ diarios, el segundo sobre los hechos personales que les habían afectado -tanto positivos como negativos- y el tercero abordó las cosas de las que estaban agradecidos de la semana. Después de dos meses y medio de estudio, la investigación demuestra claramente que quienes se han sentido mejor y han sido más optimistas durante todo ese tiempo fueron los primeros. Corroboran también algo muy llamativo: hace más deporte y van menos al centro de salud que quienes se centraron en asuntos irritantes.
Desde la ‘Harvard Health Publishing’ no solo detallan estos y otros muchos estudios, que pese a no poder demostrar una directa causa-efecto sí que coinciden en la estrecha conexión entre gratitud y bienestar. También abordan algunas de las maneras de cultivar la gratitud como propósito regular en la vida.
Registra tus agradecimientos
‘Robarle’ solo unos minutos a tu semana no te supone nada, y te ayudará a tomar conciencia de la emoción para que funcione como un engranaje más en tu constructo de inteligencia emocional (IE). Elije un momento relajado en el puedas concentrarte escribiendo aquellas cosas buenas que te pasaron o por las que sientes agradecimiento. Pon el foco, sobre todo, en las emociones que sentiste cuando fuiste protagonista de algo positivo.
¿Meditar u orar?
Ambas son beneficiosas, y debes poner en práctica lo antes posible. Si no eres creyente, opta por la meditación o el mindfulness. Aprender a centrarte solo en el presente durante unos minutos acostumbrará a tu mente a vivir desde la paz, la serenidad, la plenitud y, sobre todo, con sana gratitud.
Agradece a los demás
Si te sientes vulnerable en persona, hazlo en la intimidad. Escríbele una carta o un mail a quien creas que debes agradecerle su ayuda o, simplemente, su acompañamiento en esta, a veces, difícil vida. Empieza por una al mes para, después, pasar a una fase más avanzada: escribirte a ti mismo.