Este martes, 8dde julio, podíamos poner nombre al sacerdote español al que Rodolfo Sancho ha recurrido en Tailandia gracias a 'Socialité Club' y con el que tuvo una conversación de la que ha hablado el propio religioso. Miguel Garaizabal es misionero gallego desplazado en el país asiático y ha dado los detalles de ese "fugaz encuentro".
En cuanto a esta nueva visita y la decisión que ha tomado el actor puede haber varias claves: aunque se mueve entre los dos países para continuar con su agenda y estar también al lado de su hijo, cabe recordar que el 11 de julio Daniel cumple 30 años y es una fecha tan importante como dura, dadas las circunstancias. Por ello, esas podrían ser causas destacables para buscar esa ayuda espiritual.
La "fugaz" conversación entre Rodolfo Sancho y el sacerdote Miguel Garaizabal
"Era por la noche, estaba durmiendo. Fue una llamada corta en la que me dijo si podía ir y yo le respondí: - Francamente, me queda lejos, estoy muy ocupado, soy mayor y tal y no podré ir a verle -. Me dio pena, pero mis posibilidades de ayuda son limitadas", contestaba el religioso en exclusiva para el espacio de 'Divinity'. Conseguían a hablar con este misionero jesuita que realiza visitas a prisioneros en Tailandia y que nació en 1942 en Ferrol, una pequeña y muy conocida localidad de la provincia de A Coruña, en Galicia. "Les ayuda, les hace la vida más llevadera", comenzaba María Verdoy, que hablaba ella misma con el sacerdote al que ha acudido Rodolfo Sancho, en una situación desesperada hasta que se conozca la sentencia de su hijo.
"Sabemos que Rodolfo se pone en contacto con él para pedirle ayuda, para ver y para intentar comunicarse con su hijo Daniel, porque cada vez la situación lo hace más complicado", continuaba la presentadora, que daba paso a esas declaraciones exclusivas en las que el gallego asegura que "le dio la impresión de que Rodolfo entendía perfectamente la situación, no había negación y no le oí nunca decir que su hijo era inocente", así como cree que "está aturdido y el pobre está en la luna". Se trata de una situación extremadamente compleja, ya que la decisión judicial llegará más de un año después de que ocurrieran los hechos y ya son meses esperando a conocer el futuro que le espera a su hijo desde que terminara el juicio.
"Está más preocupado que otra cosa, pero por no saber. Si le destinan a Bangkok con cadena perpetua irá a la cárcel de Bang Kwan y yo voy ahí todos los meses, iré a verle. Estoy deseando conocerle", continuaba el sacerdote español en la videollamada con el programa, que podría hacer una visita de veinte minutos a Daniel en ese hipotético caso. Además, se mostraba humilde en cuanto a "su aportación", que para él es "limitada", ya que el contacto con el chef sería a través de un teléfono y sin poder tener ningún gesto de cercanía, pero como bien dice, "algo es algo".
La experiencia de Miguel y su sentencia "premonitoria"
Miguel Garaizabal llegó a la capital tailandesa en 1966 y, de hecho, fue en Bangkok donde se le ordenó sacerdote tras licenciarse en Teología en India. Su dilata experiencia en el país asiático hace que conozca muy bien cómo funciona y los entresijos de sus leyes, así que ha compartido su "premonición" o lo que considera que pueden dictar para Daniel Sancho el 29 de agosto en Koh Samui. "Tiene más posibilidades de que se dicte una cadena perpetua que podría durar menos de lo que esperamos si consideramos que con el aniversario, cumpleaños del rey podría verse reducida en tiempo y pasar a cumplirse una parte en España", explicaba la periodista el vaticinio del sacerdote español tras hablar con él. No cree, por otra parte, que se pueda dar una pena capital, la máxima contemplada para los delitos que se le acusan, ya que tendrían que haberse dado determinadas pruebas en el juicio.
El misionero gallego ha hablado, por otro lado, del día a día de Daniel Sancho en la cárcel: "En la cárcel, como tal, estarán desde las 3 de la tarde hasta las 9 de la mañana. Lo peor es la soledad, porque donde está nadie habla español y luego la comida, ya que te dan una bolsa de plástico y ahí te echan el arroz y una sopa y eso te lo organizas en todo el día". Garaizabal pone el acento también en el aburrimiento y eso que ahora, según cuenta, se permite el uso de Internet por parte de los presos durante 15 minutos mensuales, en los que pueden realizar videollamadas a su familia o entorno, algo que antes no estaba entre las prerrogativas de los presos en Tailandia.
Sobre la cadena perpetua allí, explica, no se debe tomar con sentido literal, ya que "luego pasa a toda la vida, que son 50 años y después la vuelven a rebajar, porque cada año se dan amnistías, con lo que a los 8 o 9 años se te termina la condena". Es muy claro con este análisis, ya que allí, termina su conversación con María, "las condenas son muy largas, pero luego no se cumplen".