Los distintos factores y hábitos que influyen sobre nuestro bienestar físico y mental son cada vez mayores. Ya no solo existe una explicación o un motivo detrás de una patología, en la mayor parte de los casos. Sobre todo, es algo que ocurre con mayor frecuencia cuando se habla de trastornos mentales. Los cuadros de estrés y ansiedad pueden responder a varias causas y, por sorprendente que parezca, una de ellas es la alimentación. El experto en bienestar, Mario Alonso Puig, asegura que nuestro aparato digestivo está directamente conectado con el cerebro y otras partes del organismo fundamentales.
El gran poder del aparato digestivo sobre la mente
Mario Alonso Puig visitaba hace pocos meses el programa ‘Perros de la calle’ para abordar distintas cuestiones sobre la materia más demandada del momento: el bienestar. Durante la charla que ha compartido en su canal de YouTube, el doctor reflexiona sobre el paso del tiempo y los hábitos que mejoran la salud. En un contexto en el que cada vez se consume más comida rápida y el número de tareas y obligaciones también es mayor, el experto ha abordado una importante cuestión sobre el impacto la alimentación y el estrés sobre la felicidad y la salud.
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Lo cierto es que ambos factores son mucho más importantes de lo que creemos. “El aparato digestivo no se ve simplemente como un conjunto de órganos que procesa los alimentos”, señala. En su lugar, “es considerado como un segundo cerebro”. “Todos sabemos que el miedo, la intuición y determinadas sensaciones nos vienen de las tripas. Antes nadie entendía muy bien a qué se debía esto, pero ya se sabe tras varias investigaciones”, añade.
La ciencia ha demostrado que el aparato digestivo tiene un gran poder. “Hoy sabemos que es capaz de regular, en gran parte, la actividad cerebral. Muchos problemas de ansiedad y depresión son debidos a la inflamación cuyo origen está en un mal funcionamiento del aparato digestivo”, subraya. La reflexión del experto que conoce viene esta materia es clara. “Ya no es el aparato digestivo alejado de la cabeza, sino que son la cabeza el corazón y todas las células trabajando al unísono de una filarmónica”, subraya. Varios estudios han demostrado que todo lo que comes y lo que no, te puede afectar más de lo que crees.
Marian Rojas Estapé también abordaba este importante asunto en una de sus últimas entrevistas. En, su caso, la psiquiatra mostraba un ejemplo muy claro para entender cómo la alimentación puede modificar nuestro estado de ánimo con mucha facilidad. La experta hablaba del placer de comer aquello que nos encanta. En muchos casos se trata de comida rápida. Una buena hamburguesa o una gran porción de pizza disparan inmediatamente nuestros niveles de dopamina. Es decir, la hormona de la felicidad. Sin embargo, su impacto sobre nuestro aparato digestivo a largo plazo es negativo.
Cuando desaparece esa gratificación instantánea llegan los problemas digestivos, el malestar y, por ende, las recaídas emocionales. “El problema es que el sistema inmune tiende muy fácilmente a hiperreaccionar. Es nuestro sistema de protección que, con mucha frecuencia, se extralimita. Si el aparato digestivo no funciona bien empiezan a entrar productos tóxicos a través del intestino permeable. Se rompe la barrera que separa ciertas cosas del torrente sanguíneo. Esas sustancias inflamatorias llegan hasta el cerebro y allí produce una activación”, explica Mario Alonso Puig durante la entrevista para entender cómo funciona el proceso.
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“El daño colateral que provoca esta situación es la inflamación del cerebro que está detrás de muchos cuadros de ansiedad y depresión. Por eso, cambios importantes dentro de la nutrición en un entorno saludable producen una bajada de la inflamación cerebral y una mejora en pocos meses de cuadros de ansiedad y depresión que, hasta hace poco, solo se podrían tratar con mediación”, avala.
El impacto de un mal funcionamiento del aparato digestivo sobre nuestro bienestar
El experto ha provechado su intervención para abordar el impacto de un mal funcionamiento del aparato digestivo, ya que es capaz de explicar ciertas patologías. “Muchos temas de obesidad difíciles de entender se deben a que determinados gérmenes de la microbiota están afectando a los genes de las células que acumulan grasa. Estos genes pueden activar y desactivar genes en otras partes del cuerpo”, asegura. Afortunadamente, existen ciertos hábitos mediante los que podemos evitar esta situación. Mantener una dieta equilibrada y, sobre todo, un buen consumo de fibra son dos de ellos.
“Las fuerzas que nos ayudan son una serie de bacterias que necesitan fundamentalmente fibra. Nosotros tendríamos que comer aproximante, 50 gramos y muchas personas consumen menos de 15 gramos. Es decir, la fruta y los vegetales en general. Las bacterias necesitan lo que se llaman hidratos de carbono complejos, que dan el 40% de la energía”. El mismo experto también ha destacado que controlar el estrés crónico es una tarea imprescindible por su conexión con el aparato digestivo. Según Puig, mejorar el bienestar físico y mental es posible si incorporamos hábitos saludables en nuestras vidas.