Luces y sombras en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París

El Stade de France se convirtió en un auténtico concierto con los atletas y Tom Cruise conquistó el recinto antes de llevar la bandera a Los Ángeles

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 12 de agosto de 2024, 09:44

GTRES
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Los Juegos Olímpicos de París han puesto la guinda en el ‘croissant’ con una ceremonia que llenó de luz, color y música el Stade de France de la capital después de 16 días de gloria en el que finalmente Estados Unidos ha ganado la batalla del medallero con España en el puesto número 15.

El país anfitrión ha firmado un importante quinto puesto y nosotros, como han destacado muchos expertos, nos quedamos lejos de las expectativas más optimistas y en algunas disciplinas con ese cuarto puesto rozando la medalla. Aunque hubo alguna que otra sombra por el exceso de rumores con alguna aparición estelar, una de las estrellas que más iluminó el evento fue Tom Cruise, que aterrizó literalmente en el recinto desde lo más alto antes de llevar, a lo 'Misión Imposible', la bandera olímpica a la próxima sede: Los Ángeles. 

Un auténtico concierto rodeado de atletas

Aunque algunos deportistas han vuelto a casa con diferentes sabores tras competir en sus disciplinas, otros no han querido perderse una cita para celebrar y disfrutar del espectáculo diseñado con mimo y un poco de secretismo. Es el caso de la delegación canadiense, ya que la mayoría prefería quedarse en París para disfrutar de la ceremonia de clausura. Nuestros medallistas Jordán Díaz y María Pérez, oro en triple salto y relevo mixto, también han pospuesto su regreso a España para ser abanderados en la noche final.

Ha sido impresionante la exhibición musical con lo mejor del pop y el rock francés que ha abierto la banda Phoenix, con su vocalista saltando al foso de atletas y alzado por algunos de ellos antes de cerrar su actuación. También cantaron la belga Angèle, el dj Kavinski, Air y Vanda, ya confirmados previamente en un importante cartel de artistas que no ha olvidado tampoco la electrónica antes de ceder el testigo a Los Ángeles, que acogerá los Juegos Olímpicos de 2028.

Las luces y sombras de una ceremonia castigada por los rumores

Si en la apertura sonaban con fuerza las voces de Lady Gaga y Céline Dion, eran muchos los rumores de lo que podríamos ver en el cierre de estos Juegos Olímpicos y, como suele ocurrir, solo alguno tenía buenas fuentes de información detrás. No se puede mantener a todos los espectadores contentos y menos cuando se trata de un evento internacional de tales características, pero mientras muchas personas aplaudían en redes sociales el cuidado espectáculo, otros tantos criticaban el exceso de sobriedad en una ceremonia que se les hacía un poco aburrida y pesada. Eso sí, a los que no consiguieron despertar los rockeros les dio un chute de energía Tom Cruise, que se deslizó suspendido únicamente con un cable y una protección en la pierna desde lo más alto del Stade de Francia hasta el foso, donde recogió la bandera olímpica para llevarla a Los Ángeles. 

Esa era su 'Misión Imposible', porque lo haría en tan solo unos minutos, abandonando el recinto en una moto, subiendo a un avión y saltando en paracaídas antes de ceder la bandera a la ciclista Kate Courtney y al exatleta Michael Johnson. Pudimos ver, en ese momento, el icónico cartel de Holliwood con los aros olímpicos sobre sus letras antes de acudir al concierto en la playa de Los Ángeles con los Red Hot Chilli Peppers, Billie Eilish y el rapero Snoop Dogg en un cartel en el que los rumores habían escrito nombres como Beyoncé o, incluso, Taylor Swift, finalmente sombras en el espectáculo. Antes de esa aplaudida luz del actor y el traspaso de banderas también brilló la estrella H.E.R para cantar el himno estadounidense, al igual que la que cerró el show, la francesa Yseult, que conectó a los dos países con el 'My way', "una canción icónica que transmite un fuerte vínculo entre Francia y Estados Unidos". 

Múltiples fotografías históricas gracias a los escenarios de París

El hecho de que estos Juegos Olímpicos se hayan celebrado en París parece haber inspirado a los atletas con el título de la ciudad del amor, porque han sido en los que más pedidas de mano de la historia hemos visto, como la de David Vega y Noemí Romero, de gimnasia de trampolín, que vuelven a casa prometidos, porque como él le dijo, “quiere que sigan haciendo historia juntos”. Precisamente, Tony Estanguet, del Comité de Organización, hacía un discurso alrededor de todos esos sentimientos y como en las relaciones sentimentales, se despedía “con lo más difícil, como en el amor, diciendo adiós”.

La capital francesa tiene tanta magia y tantos lugares icónicos que cualquier vídeo resumen de estas semanas nos pone los vellos de punta, con la Torre Eiffel como principal testigo de muchas competiciones y entrega de preseas. El Louvre, el Palacio de Versalles y hasta el río Sena, con su polémica, han sumado brillo a las medallas y a los deportistas que se han dejado la piel en todas las disciplinas, con toda la luz de París, que hasta le ha frenado el paso a la lluvia durante casi 20 días después de una inauguración en la que los chubasqueros fueron la prenda estrella en una ceremonia inaugural pasada por agua. 

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