Parece que se ha "montado el Cristo" definitivamente en el convento de Belorado después de los últimos acontecimientos relacionados con el cisma en la Iglesia entre las monjas 'rebeldes' de la localidad burgalesa y el Vaticano, que está en su momento más tenso y nos invita a un nuevo capítulo de esta increíble trama.
Las clarisas no van a ceder ante el plazo de 48 horas que les habría dado el Arzobispado de Burgos, que por otro lado niega que sea para que abandonen el lugar y alega que les ha pedido una copia de las llaves. La historia da para tanto que, como en todo, según quién la cuente podemos imaginar que las religiosas se han convertido en 'okupas' o que los emisarios de Mario Iceta no están abriendo puentes con ellas.
El reloj del convento de las monjas 'rebeldes' de Belorado
El efecto de sonido de las manecillas del reloj con ese "tic tac" tan característico tiene también una doble lectura, porque mientras juega con el nerviosismo que conlleva saber que el tiempo pasa, puede relajar a quien lo escucha o atormentar a los que no soportan dormir con ese ruido cerca. En el caso de las monjas de Belorado están tratando de trasladar una imagen de relajación y paz mientras responden a la Santa Sede con armas y escudos legales que les permitan permanecer en un convento que ya no es suyo, aunque tampoco lo fue en tiempos de Sor Isabel Trinidad y cuando todavía triunfaban con sus trufas formando parte de la iglesia conciliar.
Tampoco hemos visto signos de fatiga en el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, quien como comisario pontificio designado por el Vaticano habría pedido una copia de las llaves del monasterio para cumplir con las funciones de delegado y sin la más mínima intención de provocar un aluvión de titulares relacionados con un desalojo, todo ello según lo que publica 'Vida Nueva' y 'BURGOSconecta', ya que la primera de las publicaciones ha consultado a fuentes eclesiales y estas aseguran que no ha habido ningún ultimátum por parte de la gestora al frente de la propiedad, mientras el 'falso obispo' que lidera a las clarisas aseguraba que los emisarios de Iceta se plantaron allí para echarles.
El pulso entre las religiosas y la Iglesia es, como tantos otros, de esos que dejan rumores y distintas versiones, pero como "en todas las casas se cuecen habas y en algunas, calderadas", lo que está ocurriendo en el convento de Belorado es para clamar al cielo. Supuestamente, -y siempre que sea cierto eso de que tenían 48 horas para abandonar la que ha sido su casa durante tantos años-, este sábado termina esa oportunidad, pero de momento no hay movimientos ni dentro ni fuera del monasterio.
La llamada a la Guardia Civil y el mensaje de las monjas 'rebeldes' de Belorado
Volvemos al relato que hace 'BURGOSconecta' y que ha ilustrado con todo el ritmo de la narrativa el programa 'TardeAR', porque sí hay nombres y apellidos en ese encuentro de la comitiva del Arzobispado y las monjas de Belorado, que habrían llamado a la Guardia Civil tras recibir la visita de los emisarios de ese jefe impuesto al que no van a aceptar, de momento. Según el programa de 'Telecinco', son las 2 de la tarde cuando la secretaria de la Federación de Clarisas, Carmen Ruiz, el apoderado del comisario, Ricarso Sáiz y un notario del Tribunal Eclesiástico se presentan en el convento, acompañados por otra notaria, María Rosario Garrido y son atendidos por Sor Belén y Sor María de Sión.
Las religiosas explican a esa comitiva que "no son bien recibidos en ese lugar", ademas de negarles la posibilidad de verse las caras con Sor Isabel María Trinidad, que hasta que Iceta fuera nombrado comisario era la abadesa al frente del cenobio, así que únicamente permiten la entrada de la notaria, que les entrega los requerimientos, "tanto civiles como canónicos". Ante la advertencia de llamar a la Benemérita en caso de que no se marcharan de allí, la mano derecha del arzobispo de Burgos se habría enrocado, lo que provocaría que las hermanas llamaran a los agentes y elevaran la gravedad del conflicto, para el que parece no haber diálogo posible casi un mes después de que comenzara este relato.
La Guardia Civil habría actuado con el objetivo de rebajar la tensión y finalmente habría solicitado al representante de Iceta que se fueran de allí para evitar males mayores, pero todavía queda la sombra de la duda sobre ese presunto plazo de 48 horas que finaliza este sábado, 8 de julio. El mensaje de las clarisas parece ser claro y es que no han dejado de considerar ese lugar como su casa, a pesar de toda la documentación legal que podrían estar revisando en estos momentos junto a sus líderes Pablo de Rojas y José Ceacero, quien ha manifestado que las monjas no entregarán las llaves del monasterio.