César García Magán, el secretario general de los obispos españoles, es claro en el tema: “Las terapias de conversión son rechazables porque así lo ha indicado la Santa Sede. No hay más comentarios”, ha reiterado recientemente en ‘Vida nueva’. Unas palabras que no argumentan su conformidad o no con la contundente postura de la Iglesia Católica en el mundo, pero que al menos no pone en duda.
Evidentemente, esta posición de la Santa Sede ahora ratificada por su representación en España, ha suscitado ya infinidad de reacciones en X y otras redes sociales, pero en ‘Lecturas Diario’ hemos salido a la calle para saber lo que se piensa también fuera de los foros de Internet. Y no nos hemos encontrado a nadie en contra.
"Una religión que atenta contra dichos derechos debería ser prohibida y perseguida”
Por ejemplo, Nuria Martín González, una joven de 35 años que durante algo más de diez años ha estado en un Colegio Mayor en el casco histórico de Valladolid adscristo al Opus Dei, dice que “desconocía por completo las terapias de conversión. Me parece bien que la Santa Sede rechace, esas cosas suenan muy raras. Personalmente me cuesta más el tema del elle, género fluido... esas conceptos. Pero creo que si no fuese católica igual sí... Entiendo el tema trans, y esas personas sufren mucho. No es un pasó fácil”, pero también intuye lo que excompañeras suyas podrían opinar sobre la noticia. “Algunas de las persona que conozco del Opus Dei, con las que sigo teniendo contacto son abiertas a ello por así decir. Pero sé que en el Opus y en la Iglesia hay gente muy cerrada y piensan que se puede curar”, dice.
Sin embargo, Iván Zaro, que dirige la asociación a favor de los derechos LGTB Imagina Más, en Madrid, es mucho más contundente al respecto: “Hombre, es que las terapias de conversión atentan contra los derechos humanos, una religión que atenta contra dichos derechos debería ser prohibida y perseguida”.
Lo que opina el Papa Francisco
Un rechazo frontal, por tanto, de la Iglesia Católica que, aunque posiblemente llegue muy tarde, ha supuesto el aplauso de la sociedad española. Magán, con sus palabras, confirma así la línea consistente de la Iglesia Católica conforme a las controvertidas terapias de conversión, que ya antes del verano el Papa Francisco manifestó su total rechazo y que en la actualidad todavía se seguirían realizando de manera residual en el seno de la Iglesia.
Aunque hay que remontarse a 2021, año en el que el cardenal prefecto Beniamino Stella al frente ya instaba a clérigos y otros integrantes de la Iglesia Católica en nuestro país a no secundar, participar ni prescribir estos polémicos tratamientos. Y, también entonces, la Santa Sede desacreditó, en concreto, la deleznable actividad de ‘Verdad y Libertad’, una organización que desde 2013 ofrecía un servicio al que denominaban ‘Atracción hacia el mismo sexo’. Sus terapias se llevaban a cabo en Solsona, Valencia o Granada, donde captaban a jóvenes y también adultos influenciables que veían en este itinerario psicológico una salida a su ‘problema’.
“No es tan sorprendente si el Vaticano ya las había prohibido”
Sin embargo, a Miguel García Pérez, ferviente religioso que actualmente se encuentra formándose en la orden de un monasterio que no quiere nombrar públicamente, la noticia no le asombra tanto como a los anteriores entrevistados. Como está muy al tanto de este y otros asuntos de actualidad relacionados con la Iglesia Católica, nos comenta que la nueva información “no es tan sorprendente si el Vaticano ya las había prohibido”.
A veces utilizan pastillas o incluso inyecciones
Ni en la calle ni en redes hemos visto un solo comentario en contra de esta denuncia clara y desaprobación de la Iglesia Católica conforme a las terapias de conversión a la heterosexualidad. Nuevos aires corren en una institución que, a pasos muy lentos, empieza a definirse en asuntos tan inaceptables como este. La última denunciada en nuestro país, en julio de 2024 y que puso el foco sobre un profesor del colegio católico Madre Josefa Campos en Alaquás, Valencia, por usar pastillas e incluso inyecciones para ‘curar la homosexualidad’, tuvo una reacción por parte de la Iglesia que hace solo unos años ni siquiera hubiera existido.
“Lamentablemente en algunos espacios eclesiales han hecho oídos sordos y se siguen dando estas prácticas, actuando de manera más sofisticada. Son conscientes de las elevadas sanciones administrativas que les pueden imponer y por eso la captación se lleva a cabo con más cautela, pero sé que siguen adelante”, sentenció en ‘La Razón’ un destacable obispo español.