El experto en estadística Alejandro Cencerrado, sobre la felicidad en el mundo: “Los índices en Latinoamérica están súper altos”

El panorama mundial en términos de bienestar está cambiando y los países más ricos ya no son los más felices según ‘The Happy Planet Index’.

Alicia Alarcón
Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Alejandro Cencerrado
@alejandrocencerrado I Instagram

La forma de entender la felicidad y el bienestar ha cambiado. Así lo refleja un nuevo enfoque del Índice Internacional de Felicidad. También los últimos estudios elaborados por la Universidad de Harvard avalan este planteamiento. Hace años, los indicadores convencionales señalaban que la riqueza material de cada país era un factor clave e influyente sobre los niveles de felicidad y bienestar tanto social como individual. Sin embargo, esta tendencia ha cambiado en los últimos años. Según el ‘Happy Planet Index’, los países con menos capital económico son cada vez más felices mientras que la infelicidad ha aumentado entre los más ricos.

Nuevo planteamiento sobre felicidad: los países más pobres suman puntos en el ranking

Algunos de los países que hasta ahora han liderado las primeras posiciones del ranking de felicidad están sufriendo un importante cambio. Muchos de ellos ya no cumplen los requisitos básicos de felicidad. En cambio, algunos de los más pobres se describen cada vez como más felices. “Cuando la producción de bienes y servicios supera la capacidad natural de generación, el resultado es negativo para la calidad de vida”, sostiene el Índice Internacional de Felicidad. Alejandro Cencerrado, físico y experto en Estadística, ha señalado en ‘BBC News Mundo’ que “los índices de felicidad en Latinoamérica están súper altos teniendo en cuenta la riqueza de sus países”.

“Si tú no tienes qué comer, tener dinero para comer te va a hacer feliz. Si tú no tienes dinero para pagar los estudios de tu hijo, tener dinero para pagarlos te va a hacer feliz. Ahora, si tú tienes cubiertas esas necesidades, más dinero ya no te hace más feliz. De hecho, llega un momento en el que la felicidad de la gente que tiene mucho dinero empieza a bajar. Los muy ricos son menos felices que los ricos. Para llegar a ese nivel de riqueza, tienes que haber desarrollado una cierta obsesión por ser rico y esto es muy negativo para la felicidad”, asegura el analista de 'big data' del Instituto de Investigación de la Felicidad de Copenhague. Según este planteamiento, los países nórdicos no deberían ser tan felices a pesar de que cada año se hacen con las posiciones más altas del ranking.

Según el experto, “la razón por la que son tan felices es que tienen un Estado de bienestar muy fuerte, lo contrario a Latinoamérica”. “En los países nórdicos la gente es súper fría, es muy difícil hacer amigos. Viví 9 años allí y me sentí muy solo casi todo el tiempo, es algo que también está demostrado. La gente extranjera que va a los países nórdicos es la que dice sentirse más sola, lo cual choca mucho con sus estadísticas sobre felicidad. La gente allí paga muchos impuestos sin pensar ‘para qué los pago si lo van a robar los políticos’ y esto hace que las bolsas de miseria que tenemos en otros países no existan”, subraya.

Nuestro cerebro y ambición como enemigo de la felicidad

El experto que ha concedido una entrevista al citado medio ha abordado otros aspectos relevantes sobre la felicidad tal y como lo conocemos. Alejandro Cencerrado asegura que a veces nuestros niveles de bienestar se ven saboteados por nuestro propio cerebro. “El recuerdo tiende a sesgarse. Este sesgo nos lleva a pensar que en aquella ciudad que dejamos atrás éramos mucho más felices. Lo vi mucho en Copenhague, españoles que se volvieron a España y latinoamericanos que se volvieron a Venezuela o Argentina. Pensaban que eran más felices allí y era por el recuerdo que tenían. Luego llegas allí y ves que no eres más feliz.

La razón es que nos adaptamos a todo”, sostiene el experto. Además, asegura que “nunca tenemos en cuenta cuando tomamos decisiones para ser felices”. El físico también defiende la idea de que necesitamos que nos ocurran, en ocasiones, ciertas experiencias menos agradables para disfrutar de las positivas. “Gracias al contraste con las partes negativas, sabemos disfrutar de las positivas y si tú quitas el contraste en tu vida, si quitas toda la incomodidad, dejas de disfrutar de los placeres. Por esto, es necesaria la infelicidad de vez en cuando”, subraya en el citado medio.

En esta misma línea, Alejandro Cencerrado defiende que la soledad es tanto una fuente de infidelidad como, en parte, de felicidad. “La forma de sobrevivir del ser humano no es la del más rápido ni del más fuerte, sino la del que sabe mantenerse dentro de la tribu. Cuando vivíamos en tribus pequeñas, quedarse fuera era la muerte directa. Cuando uno se empieza a sentir solo significa que no tiene los contactos que necesita para estar dentro de la tribu. La soledad es, en todos los experimentos que hemos hecho, el factor que más afecta a la felicidad. Es peor que las enfermedades muy graves”, sentencia.