El 28 de junio publicábamos el posible germen del conflicto de las monjas de Belorado con la Iglesia y que podría estar en Lerma, donde un grupo de clarisas lideradas por Sor Verónica Berzosa decidía emprender otro camino con la fundación del Instituto 'Iesu Communio', una orden que despertaba el interés de muchas novicias que se unían a la causa. Esta semana, el director de 'Religión Digital' volvía a apuntar a esa separación que podría haber servido de ejemplo a la exabadesa de La Betronera, quien querría hacer lo mismo que la exitosa lideresa.
En Lecturas hemos hablado con un sacerdote franciscano que reconoce "no ser neutral" en este asunto, ya que "le toca de cerca" y confirma el "profundo malestar" en la Orden Franciscana, así como aplaude el "respetuoso silencio" que han guardado la presidenta y la secretaria de la Federación de Clarisas en este asunto. El Génesis, por un lado, es el primer libro del Antiguo Testamento, pero la génesis hace referencia a las causas de algo, así que también le hemos pedido que nos explique con más detalle ese origen.
El malestar de los franciscanos ante el cisma de las monjas de Belorado
El sacerdote con el que hemos hablado es franciscano y ha observado, primero con sorpresa y luego con inquietud, el cisma y el conflicto abierto entre las monjas de Belorado y la Iglesia, que le toca de cerca por varios motivos: "No soy “neutral” a la hora de hablar de este tema. ya que me afecta personalmente pues las conozco desde mi más tierna infancia, cuando íbamos a buscar ramos de flores, que ellas cultivaban y vendían para la fiesta de Todos los Santos, y tengo familia en Belorado, un pueblo pequeño, donde, para lo bueno y lo malo, todos se conocen. Además son Clarisas y son parte de nuestra Orden Franciscana. Y soy de Burgos, que aunque no tenga contacto con el Obispado, también duele este espectáculo como católico y burgalés".
"La Orden, a través del General Franciscano, ya ha expresado su malestar (los religiosos y los monjes tienen voto de obediencia a los superiores y estas hermanas al dejar la Iglesia ya no son monjas) y ha profetizado que estas rupturas acaban en grupúsculos marginales y sectas que, de la noche a la mañana, desaparecen pero haciendo mucho “ruido”", nos confiesa antes de aplaudir la discreción de la presidenta y la secretaria de la Federación de Clarisas de las que depende el monasterio, que "han guardado un respetuoso silencio y han dejado que desde el Arzobispado de Burgos procedan, siempre al lado del Comisario Pontifico nombrado para este caso, Mario Iceta".
No cree que haya miedo entre los "superiores", ya que, recuerda, "en los 800 años de historia de la Orden Franciscana ha habido muchas rupturas, reformas, vueltas a las raíces, familias religiosas que desaparecieron y absorción de unas por otras", pero sí que hay, prosigue, "alguna prevención o desconfianza es a los posibles pufos económicos, facturas y sueldos sin pagar". Además, lamenta que hace dos años, al acercarse a dependencias monacales de las monjas excomulgadas, observó con tranquilidad un "rastrillo religioso que tenían montado" en el que vendían ropa de bebé, pañuelos bordados, artículos de cerámica, cuadros, rosarios y otros objetos, además de dulces de chocolate y pastas de té: "no caí, hasta que llegó el cisma, que lo que parecía era la liquidación del negocio por falta de fondos".
El génesis de la ruptura y la voluntad de triunfar como Sor Verónica Berzosa
José Manuel Vidal, director de 'Religión Digital', volvía esta semana a pronunciar el nombre de Sor Verónica Berzosa, quien fundó un instituto con más de 200 monjas, que "funciona muy bien económicamente" y que se centró mucho en las redes sociales y en cambios que han atraído a las novicias. La exabadesa Sor Isabel de la Trinidad, que ahora despojada del título ha vuelto a ser llamada Laura García de Viedma, habría querido seguir su ejemplo, pero ella no contaba con el respaldo del papa Francisco y el Arzobispado, mientras su modelo a seguir "se cubrió la espaldas". El sacerdote con el que hemos hablado está convencido de que ahí está la génesis: "allá por el 8 de diciembre de 2010, solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de la Orden Franciscana, en la catedral de Burgos, nació un nuevo Instituto Religioso: 'Iesu Communio', con las religiosas ex clarisas de ese monasterio de Lerma, que rompieron con la Orden Franciscana y se quedaron con los monasterios, su patrimonio y hasta con las recetas de los dulces que hacían, mientras las clarisas que no quisieron cambiarse tuvieron que
marchar a otros monasterios de Santa Clara de la zona, como el de Belorado".
"De estas clarisas “exiliadas” de Lerma, formadas por la actual superiora de “Iesu Communio”, la Madre Verónica Berzosa, muy dada a las redes sociales, con cursos, charlas y conferencias “on line”, pero rompiendo con la ocho veces centenaria Orden de Santa Clara de Asís, son algunas de las que están en el monasterio rebelde de Belorado. Por lo que lo de usar las redes y la informática les viene de atrás y lo han hecho con la esperanza de tener la misma relevancia social que la Berzosa", nos cuenta para que entendamos esa ventana abierta para sus comunicaciones. ¿Por qué ellas no han tenido el mismo éxito? "No han dado los pasos que dio ésta, que se cubrió las espaldas con el obispo de Burgos y el Papa y éstas de Belorado se han buscado a un falso obispo irrelevante, que además fue excomulgado en Bilbao, cuando Mario Iceta estaba de obispo allí y a un 'exbarman' bilbaíno de capellán".