Sigue la cuenta atrás para Daniel Sancho. A partir de este momento ya le quedan menos de dos meses al joven chef para conocer su sentencia definitiva por el supuesto asesinato y desmembramiento de Edwin Arrieta, el pasado verano en Tailandia. Aunque lo cierto es que todo hace presagiar que no habrá grandes sorpresas, tal y como recientemente ha apuntado el periodista especializado en el caso Joaquín Campos.
El informador es claro es su análisis publicado en ‘La Vanguardia’, pues considera que el dictamen "va a ser el que espera todo el mundo en Tailandia, que es pena de muerte y ni siquiera cadena perpetua", pero en Lecturas Diario nos preguntamos cómo habría sido la trama si el hijo de Rodolfo Sancho hubiera decidido escaparse del país en lugar de confesar el presunto crimen. Y Carlos Méndez Muñoz, reconocido abogado español perteneciente al Ilustre Colegio de Abogados en Madrid, nos brinda la respuesta sobre dicho escenario que, perfectamente, podría haber ocurrido.
Si Daniel hubiera volado a España tras el supuesto crimen
Para entender bien dicho supuesto, Méndez explica el marco legal entre nuestro país y el país oriental. “La existencia del tratado de extradición entre España y Tailandia que se firmó el 14 de diciembre de 1983 permite la colaboración entre ambos países y por tanto la extradición, con las peculiaridades propias y que no podemos ni debemos olvidar, que los países firmantes tienen sus propia idiosincrasia y poder de decisión, incluso más allá de lo que se firma en los Tratados”.
Y dicho “poder de decisión” queda literalmente claro en “el propio artículo tres del citado acuerdo bilateral” donde se “explicita la excepción de conceder la
extradición de sus propios nacionales”. Así pues, en referencia al supuesto escenario en el que el madrileño hubiera decidido volar a nuestro país en vez de confesar el supuesto crimen, “muy probablemente la extradición no se habría producido, como consecuencia
de la posible vulneración de Derechos Fundamentales -como puede entenderse una condena a muerte-, determinante para que no se hubiese producido la extradición”.
Si hubiera decidido escapar a cualquier país limítrofe
De la misma forma que a Sancho se le podría haber pasado por la cabeza volver lo más rápido posible a su país natal tras tan funesto suceso que terminó con la vida del cirujano colombiano, también podríamos preguntarnos qué le hubiera pasado -en el plano jurídico- si sus planes hubieran sido huir a alguno de los muchos países limítrofes. Un supuesto mucho más razonable que su vuelta a España, pues están mucho más próximos a Tailandia y es más rápido y fácil llegar a ellos incluso por carretera.
“En dicho sentido, y puesto que los países colindantes a Tailandia igualmente comparten la posibilidad de pena de muerte, como Laos, Camboya y Malasia, así como Tratados suscritos en el siglo pasado, la extradición hubiese sido más que probable, a excepción de Myanmar, que aun siendo país colindante con Tailandia, no existe un tratado ad hoc en dicho sentido, siendo la casuística la que marca el sentido internacional y la recíproca colaboración en la prevención del crimen”, razona el letrado Carlos Méndez Muñoz.
Ha pasado casi un año ya, pero precisamente en esa decisión que Sancho tomó días después de la muerte de Arrieta, radica todo lo que prosiguió después. Supuestamente, el español (30) lo asesinó y desmembró en 17 partes el 2 de agosto para después ocultarlas por Koh Phangan, la isla tailandesa donde sucedió el cruento suceso. Pues bien, solo dos días después la policía detendría a Daniel por encontrar parte del cadáver y la ropa del colombiano, una de las razones claves por las que el español se confesaría como autor de los hechos tan solo 24 horas más tarde.
56 horas para tomar una decisión que marcaría para siempre su destino
Del 2 al 5 de agosto de 2023 Daniel tuvo un margen razonable de horas para escapar de un lugar lejano y extraño en búsqueda del cobijo y protección de su padre y su madre en Madrid -hay que recordar como Rodolfo Sancho se puso en la piel de su hijo en su única entrevista hasta la fecha en HBO afirmando que “entró en pánico, en Tailandia, en un país que no es el tuyo, la pena de muerte…”- por lo que, muy probablemente, una rauda huida se le pasaría por la cabeza en algún momento de esas 56 horas.
Decisión que, según el duro marco legal tailandés, no hubiera cambiado ni un ápice su inminente futuro ni el duro y tortuoso proceso judicial que el joven protagonizó entre abril y mayo. Un juicio que ha mantenido en vilo al país de la víctima, Colombia, Tailandia y España. La sentencia definitiva será, al menos en nuestro país, la más mediática de lo que llevamos de siglo.