La palabra ‘viral’ cada vez tiene más sentido, sobre todo si la aplicamos a redes sociales. Un último caso de éxito ha ocurrido recientemente, además con una protagonista que para nada buscaba lo que en cuestión de segundos ha ocurrido con su presencia en Internet: ha conseguido hasta más de 100.000 seguidores por ser, simplemente, enfocada en un partido de basket.
Tal cual, porque ella estaba a otra cosa. Hablamos de Marigona Gona, una guapísima anónima nacida en Kosovo y residente en Alemania desde bien pequeña. Aunque sí que es verdad que la joven es muy activa principalmente en Tik Tok -donde gracias a este golpe de suerte ya cuenta con 137.000 ‘followers’- en todo momento había rechazado las muchas ofertas que hasta ahora se le habían hecho para participar en programas de televisión sobre belleza, como por ejemplo ‘Greece’s Next Top Model’.
Un caso inesperado
Así pues, la licenciada en enfermería y actualmente pareja de exitoso un empresario griego, ha reafirmado la razón por la que le contactan de tantos programas de televisión que siempre ha rechazado por considerar fehacientemente que son contenidos que “degradan la identidad de las mujeres, reduciéndolas a herramientas televisivas”: su gran belleza. Y es que el soberano público de las redes sociales lo ha tenido claro en cuanto se le hizo el breve primer plano en directo de su rostro durante el partido de baloncesto entre el Asvel y el Olympiacos. Ella solo estaba como espectadora. Rápidamente, dieron con su perfil, @odoskapsouriaridon, subiendo este rápidamente ‘como la espuma’.
Si analizamos casos ‘virales’ más próximos a nosotros, no hay pocos ejemplos. Pero es especialmente llamativo el que a finales de octubre le alegró la vida al propietario de una página de IG sobre curiosidades que él mismo presentó así: “Curiosidosis se llama. Con todo tipo de tonterías”, sentenció.
Otro caso: 20 minutos de tele para conseguir más de 250.000 seguidores
Palabras que expresó en el lugar donde solo en 20 minutos consiguió que su perfil creciera exponencialmente para pasar de solo 95 a los 300.000 seguidores. Fue en el nuevo y ya exitoso programa de televisión ‘La Revuelta’ de TVE, de David Broncano. “La gente no está siendo curiosa de momento”, bromeó incluso uno de los colaboradores del espacio al proyectar en pantalla el perfil de Jorge -auxiliar de enfermería actualmente- con tan pocos seguidores.
Pues bien, nada de esto estaba preparado. Hay que recordar que la espontaneidad es uno de los pilares del espacio del humorista, por lo que este se centró en este espectador del teatro desde donde se emite el espacio de la tele pública tras gritar impulsivamente “¡Viva Cuenca!” en el arranque del programa. Resultado: un ya ‘consolidado’ influencer’ por unos minutos de atención de Broncano en su proyecto digital.
La tele y las redes sociales, buenas aliadas para 'disparar' al éxito a cualquiera
Lo cierto es que la buena sintonía entre espectáculos deportivos televisados, como ha sido el caso del éxito viral Marigona Gona mencionado al comienzo, o simplemente entre la participación como público asistente en programas de televisión convencional e Instagram, como es el caso del anónimo Jorge de La Revuelta, son solo dos casos que reafirman la hipótesis de que los medios tradicionales y los digitales son buenos compañeros en esto de ‘la viralización express’.
Porque incluso hasta quienes ‘viven’ en la televisión también la usan para subir en todo lo que puedan sus seguidores en la famosa red social de las fotografías. Y es que, por ejemplo, no queda tan lejos el día en el que Pablo Motos y Miguel Ángel Revilla usaron ‘El Hormiguero 3.0’ para hacer picar a buena parte de sus habituales dos o tres millones de espectadores.
El humorista y presentador del exitoso espacio se retó con el presidente de Cantabria con el objetivo principal de subir seguidores en sus cuentas. Durante uno de los programas en el que, de nuevo, el político volvió al programa de Antena Tres para ejercer de emblemático invitado, ambos usaron como excusa una 'inocente' competición de 'Instagramers' principiantes en la que los dos ganaban mucho a cambio: ampliar su red de seguidores exponencialmente durante la escasa hora que dura el formato todas las noches en televisión.