Macarena Gómez es una mujer de contrastes. Recién estrenada la temporada número 15 de ‘La que se avecina’, la actriz lo mismo se codea con los Casiraghi que baja en pijama a por el pan en el pueblo donde vive rodeada de animales. Pero, por encima de todo, Macarena es una actriz trabajadora y disciplinada, mujer enamorada y madre entregada.
Quince temporadas ya. ¿No os cansáis?
-Alberto y Laura [Caballero] son unos productores que te permiten hacer otros proyectos. Para mí ‘La que se avecina’ es una salvación, ojalá que dure para siempre. Primero, porque soy feliz haciéndolo y no he llegado al punto de cansarme. Y, después, porque me permite una estabilidad económica y emocional. Te da esa seguridad de que vas a volver a trabajar.
El universo Caballero se extendió con ‘Machos Alfa’, donde también vas a estar.
-Tengo un papel pequeño. He visto capítulos sueltos, me cuesta mucho seguir una serie porque viajo mucho. Empiezo una serie con mi marido y mi hijo y, si yo no puedo verla, les digo que sigan sin mí.
Te hemos visto en la comedia y en el género de terror, del que tienes por estrenar la película ‘Historias de Halloween’, ¿qué te gusta más?
-Es como si me hacen elegir entre papá y mamá. Pero creo que domino más el terror. Para hacer comedia hay que tener un don especial, aunque se aprende con el tiempo. Disfruto mucho con el terror porque me lleva a situaciones que no tienen nada que ver con mi vida diaria y que me excitan en el plano emocional.
¿Qué te da miedo a ti?
-Andar por la noche en mi casa del campo es terrorífico, evidentemente. Lo único que me quita el sueño es que el mundo acabe. Siempre pienso qué pasaría si se acaba el mundo, en qué gastaría mis 24 últimas horas.
¿Tienes la respuesta?
-Me haría un viaje maravilloso con mi familia. Me da miedo la muerte, lo reconozco.
¿Eres consumidora del género de terror?
-Lo disfruto, el cine de sustos y fantasmas y muñecos… ya no me afecta. Incluso mi hijo, que está educado en el cine del terror porque le encanta, ve un plano donde sale un espejo y ya sabe lo que va a pasar.
Pierde la gracia.
-No me dice nada. Pero el cine macabro y el gore me gustan. Aunque no lo aparento, soy una cursi coleccionista de Barbies, pero soy la más friki.
Lo veis en familia.
-En el pueblo en el que vivo hay muchos niños que son fans del cine de terror y me gusta ver pelis de terror con mi marido, mi hijo y los amigos de mi hijo. Siempre tengo el respaldo apoyado contra el sofá porque nunca sabes quién te va a salir detrás, y siempre doy la luz para ir al baño.
Dices que coleccionas Barbies.
-Sí, desde pequeña me pasaba horas y horas jugando a las Barbies, creando mundos con el Ken y la Cindy. A las que no están guardadas en caja, de vez en cuando aún les cepillo el pelo y les quito el polvo. También jugaba con mi hermano a indios y vaqueros y al fútbol, pero luego tenía mi parcela de crearme mis propios mundos y desarrollar mi imaginación, es fundamental. Con mi hijo juego a Playmobil sin parar.
"Vivo con mi familia en el campo"
¿Ahora mismo vives en el pueblo?
-Entre semana vivo en Madrid y, los fines de semana, vivo con mi familia en el campo.
¿Qué te sedujo de esa vida del campo?
-El campo es muy sano, sobre todo para que los niños crezcan rodeados de naturaleza y de animales. Eso los convierte en personas mas tolerantes y más generosos. Tenemos muchísimos animales.
¿Cuál es el más raro?
-Un guacamayo, que se llama Agapita. Tenemos gallinas, gallos, patos, pavos reales y mi cerdo que se llama Patata y es divertidísimo.
¿Cómo acaba un amante del paracaidismo, como Aldo, con una chica que tiene vértigo?
-Pero lo mío no es vértigo de altura, es vértigo de equilibrio. Te mareas, eres sensible a suelos irregulares, que no están alineados, mesas cojas, sillas cojas. Si estoy sentada y veo un cuadro torcido, me perturba.
¿Tu ibas para bailarina?
-Yo era bailarina. Mi madre me apuntó a ballet con 4 años y bailé hasta los 18. El ballet me creó una gran disciplina, que ahora aplico a la hora de trabajar. Cuando les dije a mis padres que quería ser actriz, me apoyaron porque yo era muy estudiosa. Me preguntaron dónde quería estudiar y respondí que en Londres. Estudié de los 18 a los 21 y me vine a Madrid a trabajar.
¿No te sedujo quedarte en Londres?
-Para nada, en absoluto. Yo no era feliz en Londres, echo mucho de menos el sol, y me gusta la cercanía, ir al bar de siempre y que te salude el vecino. Me gusta la vida de barrio.
¿Y puedes hacerla siendo Macarena Gómez?
-Totalmente, a mí en mi barrio todo el mundo me saluda porque soy la vecina.
¿No te llaman Lola, tu personaje en ‘La que se avecina’?
-No, y en el pueblo donde vivo incluso puedo ir a comprar el pan en pijama. No me ha pedido una foto nadie, y hago vida con los del pueblo. Se celebra Halloween y acompaño a los niños a hacer truco o trato.
¿Te has llevado siempre bien con tu cuerpo?
-Siempre he estado muy feliz con mi cuerpo. Mi cuerpo me encanta. Yo soy menuda de constitución porque mis 14 años como bailarina me han moldeado el cuerpo. Sigo manteniendo el mismo que tenía cuando era bailarina.
¿Eres cocinillas?
-Nada. Se me quema todo. Tienes que tener ese don. Mi marido es un excelente cocinero. Cocina de maravilla, me dice que me siente a jugar con nuestro hijo y él cocina.
Aldo te ha dicho que eres la mejor actriz del mundo.
¿Es crítico contigo?
-No. Lo máximo que me puede decir es que una escena no le ha gustado tanto o que en alguna escena he estado demasiado dramática. Pero le gusto mucho. Después, el problema que tiene es que, si me enfado me pregunta si es de verdad o si estoy actuando.
¿Lo utilizas como herramienta?
-Obvio, para conseguir lo que quiero. Todos los seres humanos actuamos, no tenemos el mismo comportamiento con cada persona.
A Aldo le enamoraron tus ojos, ¿eso es así?
-Sí, en un bar de Buenos Aires. Me vio y me dijo que me parecía a Miércoles Addams porque tengo los ojos saltones. Y me encantó porque yo siempre he sido muy fan de Christina Ricci [la actriz que interpreta el personaje]. Fue como si me hubiera dicho que me parecía a Michelle Pfeiffer, y me encantó. Me cayó muy bien y me pareció guapísimo. De pequeña, también me decían que me parecía a Christina Ricci.
"Mi marido es un genio"
Lleváis casados once años. ¿Tan enamorados como el primer día?
-Sí. Y es fundamental que haya admiración en la pareja. Él me admira porque le gusto como actriz y a mí me parece que él tiene una capacidad creativa portentosa y fuera de lo común. Me gustaría que la gente lo supiera y tuviera más la oportunidad de demostrar hasta dónde puede llegar, no solo como pintor. Tiene una imaginación fuera de lo normal. Considero que mi marido es un genio.
¿Hay algo que no soportes de él?
-Es muy desordenado.
¿Y que deteste él de ti?
-Que voy detrás de él ordenando. Yo también soy desordenada, pero tengo un orden caótico.