Me duele oír muchas veces que nuestra peor enemiga sea otra mujer

Terelu Campos

Presentadora, colaboradora televisiva, bloguera y actriz

Actualizado a 8 de marzo de 2022, 12:43

GARÓFANO
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La actualidad ha sido la vergonzosa guerra e invasión de Rusia a Ucrania sin piedad para todos esos hombres, mujeres y niños ucranianos. Se les han asaltado todos sus derechos fundamentales. No podemos ver esto como algo lejano. Ucrania está más cerca de nosotros que nunca y debemos ser responsables e implicarnos todos con ellos. También política y tácticamente. En los últimos días, el feminismo ha invadido muchos programas de televisión.

El hombre que me gusta

No sé si necesito decir si soy feminista, pero lo que sí soy es una defensora de los derechos de hombres y mujeres. Si a las mujeres se les han restado sus derechos durante muchos años, hay que resarcirlas de lo que se les hizo y de lo que se les sigue haciendo. No soy feminista para quitar a un hombre y poner una mujer. Lo soy para defender que hay hombres que no tienen una gran capacidad y están en puestos muy importantes y nadie los cuestiona por ser hombres. Sin embargo, cuando una mujer quiere llegar a un puesto de responsabilidad tiene que demostrar que no es tonta, pero es que hay muchos tontos dirigiendo en todos los aspectos de la vida y en todas las profesiones. Ante eso es contra lo que yo me rebelo. “Esta es una inepta”, he escuchado decir a hombres de muchas mujeres, pero ¿cuántos ineptos hay? Para mí, la lucha no tiene que ser ni agresiva ni de agresión. Quiero trabajar con hombres y mujeres en la igualdad, en el respeto, en la consideración, en el compañerismo, en la ayuda y en el avanzar de la mano. Por eso, siempre he dicho que me enamoran los hombres SIN COMPLEJOS. Los que tienen tanta seguridad en sí mismos que no sienten que ningún hombre ni ninguna mujer les puede hacer de menos. Ese es el hombre que me conquista: el que es seguro e inseguro a la vez. El que es fuerte y débil, el emprendedor y el que se deja aconsejar y deja que lo guíen. El que tiene principios hacia otros seres humanos, indistintamente si es hombre o mujer. El hombre que no le arrebata nada a otra mujer sabiendo que ella se merece donde ha llegado con su esfuerzo.

Iguales, pero muy distintos

El hombre tierno, cariñoso, dulce y a la vez fuerte. Eso es lo que me enamora de un hombre. El que tiene sentido del humor, iniciativa y del que hay que tirar de él. He trabajado con muchos hombres a los que admiro, respeto y de los que aprendo como también trabajo con muchas mujeres hacia las que siento lo mismo. Me duele oír y pensar en muchos momentos que nuestra peor enemiga es otra mujer. ¡Ahí nos hemos hecho mucho daño, compañeras, mucho! Igual que hay hombres trepa y no pasa nada, cuando la mujer es trepa parece que es lo peor del mundo. En eso nos hemos hecho mucho daño las mujeres. En eso tenemos que estar unidas, pero no contra el hombre. Tenemos que ser sus compañeras, sus amigas, sus jefas y luchar por ser lo que tiene que ser. Somos iguales en derechos y muy distintos. Eso es el encanto de la vida. Los hombres y mujeres somos diferentes en el físico. No quiero hombres convertidos en mujeres, y viceversa. Quiero igualdad, respeto, derechos, principios, valores, educación y compromiso.

La educación es la clave

No quiero un hombre que me ayude en la casa, sino que comparta lo que es natural. Quiero un hombre que disfrute de sus hijos como lo hemos hecho nosotras durante muchos años. Por esa educación, ellos desgraciadamente se han perdido muchas cosas al no poder mostrar debilidad y tener que ser los jefes de la casa. Cuando los hombres han comprendido que se perdían cosas muy hermosas en la vida han dicho: “¿Somos tontos?”. Quiero cogerme la baja de paternidad y quedarme en casa con mi hijo. Me encanta ver a los padres con sus hijos en el parque o paseando con ellos con el carrito. Me gusta verlos haciendo la compra, porque eso es lo normal y lo natural. Nosotras tampoco queremos que se nos impida nada solo por ser mujeres. Se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer y todavía es necesario que se celebre ese día. Así conseguiremos que esos hombres que viven de espaldas a la realidad se pongan las pilas y escuchen nuestro discurso: caminar de la mano sin destruir al hombre.

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