"Lloré cuando supe que a mi madre le han dado la Medalla al Mérito de las Bellas Artes"

Terelu nos cuenta lo que ha significado para ella enterarse que le han dado la Medalla al Mérito de las Bellas Artes a su madre y los acontecimientos que ha vivido recientemente

Terelu Campos

Presentadora, colaboradora televisiva, bloguera y actriz

Actualizado a 17 de enero de 2024, 07:03

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La semana pasada, por fin, se estrenó mi última aventura profesional: ‘Bake Off: Famosos al horno’. Al ver el primer programa, me di cuenta de la cara de terror que tenía en muchos momentos. Sé lo que es enfrentarme a un concurso de cocina, porque ya lo hice en ‘MasterChef Celebrity’, de ahí mis nervios y mi responsabilidad. Mis magdalenas no fueron lo que yo esperaba y, sobre todo, no eran las que había hecho en mi casa días antes ensayando. No me había pasado nunca que se me abrieran. Todo el mundo ha visto que, ‘de momento’, la decoración en la repostería no es lo mío. Habrá que seguir viendo el programa para saber si he conseguido avanzar en este aspecto o seguiré en mi línea.  

Merecido reconocimiento

Hace unos días, mientras estábamos grabando el programa recibí un mensaje de audio de mi hermana en el que me contaba que le habían concedido a mi madre la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 2023 a título póstumo. En ese momento, estaba sentada frente a Rocío Carrasco y mientras escuchaba el audio de Carmen me emocioné y se me saltaron las lágrimas. Le dije a Rocío: “A mamá le han concedido la Medalla de las Bellas Artes”. Ella se emocionó conmigo y, de alguna manera, lo comparto con los compañeros con los que estoy trabajando tanto delante como detrás de las cámaras. Se lo digo, también, a Paco Roncero porque me doy cuenta que mi móvil empieza a llenarse de mensajes de mucha gente que había visto la noticia en las redes sociales, en los confidenciales o en los programas que estaban en directo. Sigo grabando y a los dos días mientras estamos en una pausa recibí una llamada de un número que no conocía. Raramente descuelgo ese tipo de números, pero no sé el motivo que me hizo coger esa llamada sin pensarlo. Al otro lado, una voz me pregunta: “¿Le podemos pasar con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun?”. “Por supuesto”, fue mi respuesta. El ministro fue encantadory me dijo que me lo quería comunicar oficialmente. Con mi voz entrecortada le contesté: “Cuánto me hubiera gustado que mi madre hubiera podido vivir ese momento”. Él me dijo que lo entendía y que veía los programas de mi madre desde que era adolescente y que le hacía especial ilusión formar parte de la concesión de esta medalla a María Teresa Campos. España, el Gobierno y la sociedad tenían esa deuda con ella, me subrayó. Creo que es así. Comparto con Rocío Carrasco que cuando Rocío Jurado muere tenía esta medalla que le han concedido a mi madre, pero que no tenía la Medalla al Mérito al Trabajo que sí tenía mi madre y que a la suya se la dieron a título póstumo. ¡Lo que es la vida! Cada una tenía la medalla que no tenía la otra y al morir se las dan. Es simplemente una curiosidad. 

Una espinita clavada

Hace unos días leí un tuit de Jorge Javier Vázquez que formaba parte del blog que escribe en esta revista en la que trabajamos. En él dice que lo importante no es que, al final, a mi madre le hubieran dado o no trabajo sino todo lo que ha significado ella en el mundo de la comunicación. En eso, estoy totalmente de acuerdo con él. Es fácil quedarse con sus últimos momentos, porque todavía está todo muy reciente. Espero que, con el paso de los años, se me vaya saliendo esa espinita que ella tenía ahí clavada y de la que hizo partícipe a todos los españoles en sus últimas entrevistas. Quiero quedarme con todo lo grande que ha sido ella y con todo lo innovador que ha aportado en todos los medios de comunicación en los que ha trabajado. Ojalá sea así, porque así su ausencia sería un pelín menos dolorosa para mí. No quiero recordarla solo en sus últimos momentos. Quiero felicitar al resto de los premiados. Espero que el acto de entrega sea muy bonito y que mis compromisos profesionales me permitan estar ahí presente. Le pregunté al ministro la fecha de entrega y me dijo que sería en un par de meses. 

La casa de Málaga

Hablando de otras cosas, mi hermana hizo la semana pasada una entrevista en estas páginas en la que fue la casa de nuestra madre en Málaga. No voy a opinar de esa exclusiva para evitar que mis palabras las utilicen determinadas ‘personas’ para su propio beneficio. Solo diré lo que significa esa casa para mí. Recuerdo que mi madre la compró sin que yo la hubiera visto. Nunca olvidaré la primera vez que entré allí. Le dije a mi madre: “Mamá esta es la mejor compra que has hecho en tu vida”. Es un casa bonita. Está en un sitio privilegiado y porque era tener un espacio que conectara con nuestras raíces, nuestra niñez, nuestra preadolescencia y toda nuestra gran familia, porque toda vive en Málaga. He vivido en esa casa grandes momentos de mi vida privada y personal con mi hija y con las personas que formaban parte de mi vida en esos momentos. Sentarme en el salón a contemplar el mar en un día de invierno mientras ves ese Mediterráneo en estado bravo es increíble. Esa casa, sobre todo, me recuerda a ella y a la última vez que estuvimos las dos juntas. Un momento que nunca olvidaré porque sabía que ella nunca más volvería. 

Gtres

 

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