Pilar Eyre

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Bárbara Rey
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El rey emérito dijo que Bárbara Rey le hizo chantaje

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Pilar Eyre

Periodista y escritora

Bárbara Rey me invitó a almorzar en un restaurante. Le toqué un pecho y un amigo suyo, escondido en un seto, tomó una fotografía. Hoy me ha llamado pidiéndome 100.000 dólares”. Era el 4 de julio de 1994. El rey se lo comunicó tranquilamente al jefe de los servicios secretos españoles, Emilio Alonso Manglano, según cuenta el libro ‘El jefe de los espías’ (Roca editorial), basado en los diarios del propio general recogidos por Chicote y Fernández Miranda. El militar se horrorizó: “Pero Señor, ¡esto es un chantaje!” Aun así, se reunió con diversas personalidades, incluido Felipe González, y decidieron pagarle 25 millones de pesetas, aunque la ‘Pariente’, como la llamaba el rey, quería también un programa de televisión. Se lo dieron, pero la cosa no terminó ahí.

“Si quieres, abdico”

Al cabo de un año, Bárbara Rey volvió a llamar a su antiguo amante, con el que había roto hacía años, le dijo que estaba en mala situación económica y que quería más dinero, mucho más. Como reveló que tenía tres cintas íntimas grabadas en su casa, dos de ellas en la cama, consiguió que de nuevo cedieran a sus pretensiones. Concretamente, cien millones de pesetas de golpe y 50 anuales durante diez años. El acuerdo lo tuvo que suscribir Aznar, pero con tan mal talante que el rey amenazó: “Si quieres, abdico”.

Bárbara no es la única amante del rey que preocupó al jefe de los servicios secretos. Habla de las injerencias de la mallorquina Marta Gayá: “El rey está mal, dedicado completamente a Marta y sus amigos golfos, se desentiende de todo, no hace nada…”. Al cabo de unos años, sin embargo, se cansó también de ella, porque el rey se cansaba de todo, y le confesó al general: “Marta se queja porque cada vez voy menos por allí… Ha habido un despegue”. Lo que no fue óbice para que, tiempo después, le donara dos millones de euros, porque Juan Carlos nunca se desentiende del todo de las mujeres de su vida.