Casa Real Española
· Bárbara Rey
Todos los secretos de la historia de amor entre Bárbara Rey y el emérito
Los presentó Adolfo Suárez y Bárbara Rey cayó enamorada. Quería ser la única amante, pero no es que hubiera otra, es que había muchas. Todo se torció para siempre cuando apareció Marta Gayá, a la que Juan Carlos llamaba "mi novia"
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Boadilla del Monte, cerca de Madrid. Sábado por la noche de un día de invierno de 1994. En el chalé de Bárbara Rey, el Vega Sicilia está a 17 grados. Ha puesto dos copas y un plato de Jabugo. Los Cohiba, en su caja metálica. ¿Qué hora es? Bárbara está nerviosa y levanta la cortina, la noche avanza con su paso de lobo sobre la elegante urbanización. Hace frío, pero el ambiente de la casa es cálido y acogedor. Los niños están con su padre y el matrimonio dominicano de servicio se ha ido a una fiesta caribeña organizada en Alcorcón. Está sola, esperando a su amado. Se mira en el espejo. Se ha dejado flequillo, lleva el pelo muy largo, sus labios parece que estén siempre en posición de beso. Deja caer los párpados, sus pestañas se abaten sobre las mejillas, es una mirada que la ha hecho famosa. Como su voz ronca, como su cuerpo escultural; tiene un pecho pequeño y firme y unas piernas muy largas. Es Marita García; para el mundo, Bárbara Rey. ¡Qué nombre más premonitorio! Porque el hombre al que está esperando, su amor desde hace ya 16 años, es el rey de España.