El martes pasado Mila Ximénez confesó que se le hacía cuesta arriba trabajar en ‘Sálvame’. “Me cuesta la vida venir”, dijo. Los egos, las luchas por acaparar protagonismo y los piques con algunos compañeros le pasan, inevitablemente, factura. Le gustaría hacer más cosas, pero, sobre todo, dedicar más tiempo a los suyos. De hecho, en ellos ha buscado refugio este fin de semana tras pasar unos días complicados en el trabajo.
Sus hermanos, Concha, Manolo y Nani son, junto con su hija, sus bastones fundamentales de apoyo. La semana pasada, dijo que a veces acababa tan cansada del trabajo que no tenía ni ganas de viajar al sur donde vive la mayor parte de su familia, pero este ‘finde’ ha hecho acopio de fuerzas y se ha dirigido a Sevilla, donde ha pasado ese tipo de jornadas que tanto le gustan: hermanos, sobrinos y perros. Para Mila esto es el mismísimo paraíso.
Aprovechando que era el Día de la Madre, felicitó a su ‘madre preferida’, su hija. Alba le ha dado una preciosa familia, gracias a los dos nietos que adoran a su abuela. Ximénez bebe los vientos por ellos y, también, no es extraño que, cuando puede, corra a escaparse a Holanda, donde actualmente viven, para pasar días de descanso a su lado. Ellos le cargan las pilas.
Que tenga en cuenta que cuando no pueda irse tan lejos, siempre le quedará Sevilla o Granada, donde están sus hermanos. Nani vive en la ciudad de la Alhambra, mientras que Concha y Manolo lo hacen en la de la Giralda. Pocas horas la separan de la verdadera felicidad, y, cuando se trata de estar con la familia de uno, conviene vencer la pereza y aprovechar el tiempo juntos. Al final, es lo único que queda.