En su DNI, debajo de “lugar de nacimiento”, ponía “Alta Mar”, porque Jimmy Giménez-Arnau nació a bordo del transatlántico Cabo de Hornos el 14 de septiembre de 1943. Y a los siete años dejó de querer a su madre. “Me visitó en mi terrible internado inglés en el que llevaba ocho meses sin ver a nadie y cuando me lancé a sus brazos, me tiró al suelo de un bofetón porque la había despeinado”.
Por eso con su hija Leticia era todo lo contrario: pasé un verano con ellos en Ibiza y la niña jugaba con su padre a pelearse, ella le gritaba antes de salir corriendo “el abuelo era un gran hombre que salvó a España” y Jimmy la perseguía hasta que rodaban los dos por el suelo entre risas, se reían de la misma forma, arrugando la nariz, achinando los ojos, sacando un centímetro de lengua y todo era verano. Cuando Jimmy conoció a la madre, nieta de Franco, iba acompañado de Charlie, el marido de Lydia Lozano, y ya era un hombre corrido. Hijo de diplomático, con una fama de golfo que a él le en- cantaba cultivar, cuando en realidad había sido muy buen estudiante, cursó dos carreras universitarias y era ya un periodista prestigioso que escribía en medios importantes.
Merry presumía de rebelde y Jimmy se enamoró de ese lado suyo, en su boda llovieron porros sobre los asistentes y se dijo que la viuda de Franco, a la que Jimmy caía muy bien “porque eres bajito como mi Paco”, cogió uno creyendo que era confeti.
Los primeros meses fueron felices, pero Jimmy pronto se dio cuenta de que la bohemia de Merry era tan solo una fachada, que en realidad era clasista, muy apegada a su familia y al dinero y encima lo despreciaba: al estar emparentado con los Franco las revistas que hasta entonces le daban trabajo dejaron de hacerlo y se quedó en el paro. Cuando la niña tenía diez meses Merry le gritó “cállate, imbécil” delante de sus padres y al día siguiente Jimmy se fue de casa. Como venganza, Merry le rayó cada pieza de una valiosa vajilla de porcelana china, herencia de Jimmy, lo único de su propiedad.
Su gran amor
¿Llegaron a estar enamorados? Jimmy me dijo que no, porque él se sintió atraído por una Merry que no existía. Y cuando conoció a Sandra, hace 18 años, me confesó que al principio no sabía darle nombre a esa emoción desconocida que sentía por ella hasta que se dio cuenta de que era amor, ¡nunca lo había experimentado! Primero empezó a hablar de Sandra con timidez…
La verdad sobre Jimmy Giménez-Arnau y la relación con su hija Leticia, contado por Pilar Eyre en el último número de la revista Lecturas. Los detalles que nunca se han revelado de la mano de una de las mejores amigas del periodista. Ya a la venta en tu kiosco y en Amazon.