La vida de Genoveva Casanova (47 años) ha dado un vuelco tras la publicación de sus fotografías junto al príncipe Federico de Dinamarca en Madrid. Unas instantáneas exclusivas de la revista Lecturas que han dado la vuelta al mundo y que siguen dando de qué hablar. En medio de todo este alboroto mediático en el que incluso la prensa danesa ha tomado una decisión y mientras la que fuera concursante de 'Mask singer: adivina quién canta' se refugia en San Sebastián, parece que tiene algo en su pasado que quiere borrar completamente del mapa. La exmujer de Cayetano Martínez de Irujo debutó en el mundo del cine con 'Los fantasmas de Goya' de la mano de Milos Forman, director y ganador de dos Oscar por 'Alguien voló sobre el nido del cuco' (1975) y 'Amadeus' (1984). La empresaria y su entonces marido llegaron a la gran pantalla por casualidad y, aunque entonces aseguraron sentirse cómodos con la experiencia, prefirieron no repetir nunca. De hecho, en el estreno del filme en un cine de Madrid, la pareja (que en aquel entonces celebraba su primer aniversario de boda) aseguró en '¡Hola!' que estaban muy satisfechos con su trabajo pero que por el momento lo suyo no era la interpretación.
¿Cómo llegó Genoveva y Cayetano a la película? Milos Forman había visitado el Museo del Prado, donde se enamoró de las pinturas negras del conocido artista. Como no tenía mucho conocimiento sobre España para hacer el proyecto, se puso en contacto con el guionista de Buñuel, Jean-Claude Carrière. Este había conocido a Genoveva en un taller de guiones que vino a impartir en el Centro Buñuel de Calanda, donde la entonces mujer de Cayetano había "causado sensación" tras haber llegado al pueblo en helicóptero, explica el guionista en su libro 'Para matar el recuerdo: memorias españolas'. Desde entonces se hicieron amigos y cuando vino a nuestro país para investigar sobre cómo hacer el filme quedó con la pareja y el director, quienes aprovecharon para enseñarles los importantes cuadros de la duquesa de Alba, supuesta amante de Goya según la cultura popular.
Fue entonces cuando Casanova y Martínez de Irujo invitaron a Milos a su boda, pero este a cambio de aceptar la proposición les puso la condición de que ambos participaran en la película. Así fue cómo el aristócrata se convirtió en el general Wellington y su entonces mujeres se puso en la piel de una de las esposas que se llevaban los soldados al barco para ir hacia América. Sin duda una historia que a la empresaria le gustaría borrar de su pasado si quisiera formar parte de la familia real danesa.
Su gran amistad con Natalie Portman
Además del pequeño cameo, Genoveva ayudó al director de la película a buscar documentación y localizaciones, algo que le permitió estar más tiempo con el equipo y así entablar una gran amistad con Natalie Portman. De hecho, la exmujer de Cayetano Martínez de Irujo le ayudó a buscar una sala de ballet en Madrid para que la estrella de Hollywood pudiera prepararse para 'El cisne negro', trabajo por el que la actriz ganó su Oscar, cuentan en la revista '¡Hola!'. "La verdad es que me involucré un montón en en el guión de la película y le ayudé un montón, así que me volví medio aprendiz de Jean Claude. Finalmente, cuando comenzó la grabación, Milos, él y Saul organizaron una cena para que yo conociera a Natalie, a la que invité para que viniera unos días a Liria, que en ese momento yo estaba viviendo en el palacio, y le enseñé el archivo y las obras de arte. A partir de ahí, nos veíamos todos los días y cenábamos juntas todas las noches", cuenta Casanova, que añade que después de aquello estuvieron juntas en México, Los Ángeles, Londres, Nueva York.
"La verdad es que quiero muchísimo a Natalie Portman. Es muy linda. Es de las mujeres más inteligentes, más cultas y más nobles que conozco. Extremadamente culta e inteligente. Ella se graduó con honores en Harvard. Las dos hablábamos muchísimo de cultura e historia. También es de una calidad humana increíble, una mujer supercongruente con su forma de pensar y sus valores. Natalie es muy humilde y sencilla. No le importa nada figurar ni la fama ni las tonterías. Nada", explicó Genoveva en el citado medio en 2021. "Hace tiempo que no la veo en persona porque ella luego tuvo a sus hijos y no hemos podido vernos, pero sí que seguimos teniendo trato. Una vez, cuando los tuvo me invitó al festival de Cannes, pero no pude ir. Me ido mucha rabia, la verdad. Sin embargo, todas, todas las Navidades me manda una tarjeta de felicitación y, cada año, la tarjeta es más graciosa. Sus regalos son donaciones a fundaciones, sobre todos, que ayudan a la protección de la naturaleza. ¡Un año adoptó un pingüino a mi nombre! Es muy chistosa", añadió.