Los ‘otros’ hijos de María Teresa Campos que siempre han estado a su lado

María Teresa Campos tuvo dos hijas biológicas y dos ‘adoptivos’. Gustavo fue mucho más que un chófer para ella, igual que Rocío Carrasco no fue solo la hija de una de sus mejores amigas a las que un día dio una oportunidad en televisión

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Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

rocío carrasco
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María Teresa Campos tenía la habilidad de hacer familia en el propio trabajo. En una profesión como la suya, que impregnaba todas las áreas de su vida, las personas con las que compartía horas laborales acababan transformándose en seres muy cercanos; hasta el punto de considerarlos hijos (o casi). Nos referimos a Gustavo, el hombre que le salvó la vida en 2017 y que se convertiría en su sombra en sus últimos días, y también a Rocío Carrasco, a quien Terelu y Carmen siempre se han referido como su 'hermana'.

María Teresa Campos, siempre del lado de Rocío Carrasco

El flechazo con Rocío Carrasco ocurrió en la televisión, pero venía de lejos. Ella era la hija de una de sus grandes amigas. Rocío Jurado y María Teresa Campos habían consolidado su amistad dentro de los platós y fuera de estos. Iban juntas a las mismas fiestas, frecuentaban los mismos círculos y compartían incontables confidencias. Algunas de las mejores entrevistas que dio La más grande fueron a la otra más grande (del periodismo). Había tratado a Carrasco desde pequeña, así que cuando, tras probar suerte en el mundo del modelaje y una pequeña incursión en Telecinco junto al polémico Padre Apeles, no era extraño que María Teresa la fichara para su ‘Día a día’. La prematura muerte de la Jurado, con solo 61 años, las acercó mucho más.

Rocío Carrasco se quedaba huérfana de padre y de madre en 2005. Estaba sola en el mundo. Fidel Albiac, el amor de su vida, la mantenía a flote, en una deriva incesante que, en 2012 se cristalizó con la agresión que vivió por parte de su propia hija. Tras esto, necesitó un colchón sólido de personas que realmente la quisieran y estuvieran ahí para ella. Que la escucharan sin juzgarla, que la entendieran. Y ahí estuvo María Teresa Campos sosteniéndola. Haciendo las veces de una madre que había perdido y siendo el hombro que Rocío necesitaba para desahogarse o simplemente llorar.

“Rocío, tu hija levantará la cabeza y se hará justicia”, dijo María Teresa Campos en en ‘Qué tiempo tan feliz’. Entonces, la idea de que Carrasco diera una entrevista en profundidad era algo imposible. Años más tarde, no solo la daría, sino que, también, haría un documental sobre su vida, centrado en la violencia vicaria que había sufrido desde que conoció al padre de sus dos hijos. La presentadora aplaudió la decisión y su valentía, convirtiéndose en una de sus grandes valedoras. Dando a entender que ahora, por fin, todos podían conocer el testimonio que ella llevaba años sabiendo y por el que siempre se posicionó a su lado.

DIA A DIA

Rocío Carrasco recibió de manos de María Teresa Campos algunas de sus mayores oportunidades profesionales

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Rocío Carrasco fue una más en las reuniones familiares de las Campos, acogida desde el momento uno. María Teresa la sentía como una hija, al igual que Terelu y Carmen la veían como una hermana más. La respuesta de ella fue volcarse con su nueva familia y estar siempre disponible para ellas. Si alguna sufría un susto médico, ahí estaba Rocío. Tras el ictus de la matriarca, en 2017, no se separó de la habitación del hospital en el que permaneció ingresada, preocupada como una descendiente más de la malagueña.

Gustavo, el 'hijo' que la hizo feliz en sus momentos de mayor debilidad

Con el ictus que sufrió María Teresa Campos también estuvo muy relacionado el que fue reconocido por ella misma como otro hijo más. Gustavo dedicó 35 años de su vida profesional a trabajar al lado de la presentadora. Era su mano derecha, mucho mas que un chófer asalariado por la familia. Era su máximo apoyo. Él fue quien, esa mañana de mayo de 2017 en la que María Teresa Campos se encontraba indispuesta, advirtió en ella signos de un accidente cerebrovascular y la llevó de inmediato al hospital. Le salvó la vida. Gracias a la rapidísima acción de él, María Teresa fue diagnosticada y se puso en marcha el protocolo ictus. Siempre estaría ahí para ella.

GUSTAVO MARIA TERESA

Gustavo ha sido, durante 35 años, la sombra de María Teresa Campos. No se separó de ella y fue su máximo apoyo

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Cuando la presentadora se encontró más débil, pero quería salir a pasear, Gustavo la montaba en el coche y juntos recorrían las calles de Madrid. El sol entraba por la ventanilla, y ella sentía el calor del invierno. Se sentía a gusto, feliz y a salvo. Cuando había que salir del vehículo, ahí, siempre firme, el brazo del hijo que nunca tuvo. Acompañándola y sosteniéndola. Llevando en su transportín a Lula, la perrita de Terelu que acabó convirtiéndose en la mejor compañera para su progenitora. Tras haber vivido una temporada con el animalillo, María Teresa no sabía, ni quería, estar sin ella.

“La felicidad de mamá todos los días eres tú. En el día a día que estamos ausentes en el trabajo eres tú, es Lula, son esos paseos por Madrid cantando y disfrutando”, le dijo Terelu a Gustavo en ‘Sálvame’, cuando se puso en duda la fidelidad del conductor. Él emocionado, pues para él las Campos significan lo mismo, le respondió, “somos una familia, siempre hemos estado unidos. Y así tenemos que seguir”. Esta promesa, con la ausencia de la matriarca, se vuelve más fuerte que nunca. Toca estar juntos viviendo su duelo.