Antes que Paloma Cuevas (51 años) y antes que Aracely Arámbula, estuvo Mariah Carey. Luis Miguel (53 años), que lleva toda su vida entendiéndola como si una apasionada ranchera se tratase, se obsesionó con una de las cantantes de mayor prodigio vocal. ¡Parecían hechos el uno para el otro! Compartían carrera, aspiraciones y talento, ¿qué podía salir mal en su historia de amor? Absolutamente todo.
Dicen que la historia de amor entre dos de los mayores egos de la música, Luis Miguel y Mariah Carey, empezó por una puja. Una desorbitada cantidad de dinero que el Sol de México ofreció, solamente, para llamar la atención de la diva. Y lo consiguió. Tras ese farol, vino todo lo demás. Besos, posados, sonrisas, enfados, flashes, guardaespaldas, yates, envidias, celos y el fin. Tres intensos años que dejaron a la norteamericana completamente destruida y teniendo que ingresar en una clínica psiquiátrica.
Mariah Carey, inalcanzable para Luis Miguel
Pero rebobinemos y vayamos atrás en el tiempo. Luis Miguel lleva años arrasando. Conoce lo que es la fama desde que era bien pequeño. Esto conforma su carácter, decidido, envalentonado y, sí, también caprichoso en cierta manera. Se ha fijado en ella, la gran diva de los 90, la de los agudos más agudos, y su corazón se ha detenido en ese Mi imposible de alcanzar. Piensa hacer todo lo que esté de su mano para enamorarla, pero es consciente de su situación. En 1998, Mariah Carey acaba de salir de uno complicado matrimonio con Tommy Motola, uno de los ‘popes’ de la industria musical. La suya ha sido una relación llena de momentos tóxicos y ella necesita aire fresco en su vida. Aún así, está frágil y no sabe si se encuentra preparada para ilusionarse con alguien de nuevo. Luis Miguel aparecerá como el rayo de sol con el que le encanta sentirse comparado.
La propia Mariah Carey, en una entrevista con Oprah, emitida en el año 1998, aseguró que se habían conocido en “Aspen, Colorado; durante las Navidades”. A pesar de que la artista al principio se mostró tímida y no quería hablar sobre su incipiente romance con el mexicano, se envalentonó y lo acabó contando todo. “Le dijeron que yo le quería conocer ¡y yo ni si quiera sabía que él también estaba ahí pasando las fiestas!”. Ella señala que fueron las personas quienes les alquilaban las casas quienes les pusieron en contacto, quienes “actuaron de cupidos”.
Tras eso, una cena en Nueva York en la que los dos estaban nerviosos y bebían para soltarse un poco. Conforme hablaban, se daban cuenta de que lo tenían todo en común, los dos con carreras exitosas, con vivencias parecidas, puntos de vista muy similares… y les encantaba el amor. El amor como concepto, como planteamiento vital. Una manera de ver la vida que ambos abrazaban con pasión.
Luis Miguel conocía de los gustos caros y extravagantes de su chica, así que se deshacía en presentes. Un piano de cola, joyas, flores… Al mexicano le encanta regalar flores. Cuando Paloma Cuevas cumplió 51 años, él envió a su domicilio en Madrid más de 500 rosas rojas. Su vida consistía en un despliegue imposible de gestos románticos con el que gritar a todo el mundo lo enamorados que estaban. Él, hasta el dedicó un disco, ‘Amarte es un placer’, donde están algunas de sus canciones más icónicas como ese ‘O tú o ninguna’.
En 1999 Mariah Carey era realmente feliz. Además de lo bien que se sentía, su relación con Luis Miguel obedecía a otro objetivo más, demostrar a su ex lo bien que le iba sin él. Entonces, Tommy Mottola había empezado a salir con una de las archienemigas de su exmujer, Jennifer López, a la que le dio temas que en su día habían sido pensados para Mariah. Su ira por ellos dos era absoluta y mostrarse exultante al lado del mexicano era, de alguna manera, parte de su venganza.
¿Por qué rompieron Mariah Carey y Luis Miguel?
“Estoy con alguien que me apoya y entiende lo que yo hago como cantante”, dijo Mariah Carey en su día. Lo que no sabía ella es que en esa afirmación iba implícito el éxito y la destrucción de la relación.
Los dos estaban muy concienciados con sus carreras, ambos querían lo mejor para ellos mismos; porque, si importante era el amor, más lo era el amor propio. Así que los dos querían brillar. Cuando el proyecto de una posible colaboración entre Luis Miguel y Mariah Carey estaba sobre la mesa parecía una oportunidad de lujo para que los dos fusionaran sus talentos, sin embargo, no fue así. El tema era ‘After Tonight’ y cada uno debía grabar su parte por separado y después el productor de Mariah unirlas. La estadounidense estaba feliz con el resultado, ¡la pista había quedado perfecta! El mexicano no opinó lo mismo. Al actual novio de Paloma Cuevas no le gustó nada en absoluto los arreglos que le hicieron a su voz y sintió que el tema desmerecía sus aptitudes; así que, finalmente, la canción no vio la luz. O, al menos, no con el sello Luismi, porque salir salió, pero solo con la voz de Mariah y en su disco ‘Rainbow’.
Las carreras de ambos pesaban, pero también lo hacían los rumores de infidelidad. Entonces se empezó a decir que Mariah Carey se veía con el músico Eric Benet, que después acabaría casándose con Halle Berry, otro icono de principios de los 2000.
La última época de su relación estuvo marcada por las desavenencias y los puntos de vista contrarios, ella quería hijos, él no… y sus carreras. Sus carreras siempre reclamándoles y poniéndoles en competencia directa. En sus memorias, Mariah Carey hablaría así del fin entre ellos. “Luis Miguel había pasado por muchas cosas… hice todo lo posible para apoyarlo emocionalmente, pero yo estaba pasando mi propia situación y llegó un punto en el que no pude lidiar más con todo. Cuando estábamos bien, Luis era generoso, espontáneo y apasionado. Cuando estábamos mal, ansioso y errático. Una nube oscura le atormentaba”. Y a Mariah, aquella tormenta le pasó una factura terrible, tanto, que casi acaba ahogada.