Hace unos días, Rocío Flores se rompía al hablar del dolor que le produce el distanciamiento con su madre, Rocío Carrasco: "Aunque a la gente se le olvide es mi madre, me ha parido. A mí mi madre me duele pero no voy a estar viniendo todos los días llorando (...) El día que ella quiera, aquí estamos, si quiere, si no quiere mucho no puedo hacer. Yo no me voy a ir nunca", decía con las lágrimas cayendo de sus ojos.

Ante la reacción de Rocío, María Patiño tomaba la palabra desde el plató de 'Sálvame' y tiraba por tierra la intervención de la joven: "Rocío Flores sigue siendo la misma niña que cuando tenía 16 años. Cuando tú conoces el tema te das cuenta que con sus últimas declaraciones quiso transmitir dos cosas fundamentales: Lo primero, que su padre no es la persona que Rocío Carrasco describe en la docuserie porque 'mira qué bien se está separando de Olga', sin conflicto. Eso no es nada espontáneo. Y otra cosa muy importante, que su madre no la protege porque sus compañeros hablan mal de mí y ella no hace nada. Es el brazo armado de su padre", ha empezado.