María Patiño cuenta cómo es su animado día a día junto a su marido Ricardo y su hijo

La presentadora de 'Sálvame', María Patiño, ha dado unas pinceladas de cómo es la rutina de la original familia que forma con su marido, Ricardo Rodríguez, su hijo y sus mascotas, dos chinchillas y el cariñoso Beige

Gloria Fernández
Glòria Fernández

Redactora de Lecturas.com

María Patiño
Instagram @mariapatino1508

El equipo de 'Sálvame' ha intentado aguarle a María Patiño la tarde del viernes, pero ha sido en vano. El programa ha puesto sobre la mesa la Ley de Bienestar Animal que tramita el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, y las mascotas que estarán prohibidas en el momento en que se apruebe. Una de las especies son las chinchillas, y casualmente, la presentadora de Telecinco convive con dos. Sin dudarlo ni un momento, María Patiño se ha puesto en pie como un resorte para defender que su familia son también sus amigas peludas, a las que cuida "como hijas", y con la disyuntiva, ha dado un pequeño detalle de lo animado que es el día a día de su original hogar junto a su marido, Ricardo Rodríguez, y su hijo Julio.

¡No sin sus chinchillas! Parafraseando aquel popular título fílmico, María Patiño no está dispuesta a renunciar de ninguna de las maneras de Camila y su compañera de jaula, sus dos famosas chinchillas. La presentadora está prendada de ellas, como se desprende de sus palabras cuando ha hablado de ellas o les ha dedicado publicaciones en sus redes sociales. Junto con Beige, el simpático Jack Russell que adoptó hace pocos años y el último miembro en entrar en la preciosa familia de la presentadora, son las 'niñas mimadas' de su casa.

María Patiño chinchilla

Sin duda, la presentadora de 'Sálvame' está pendiente de las noticias de la Ley del Bienestar Animal, y no puede dejar de preocuparse de que la nueva situación tras su aprobación pueda crear alguna incompatibilidad que ponga trabas a continuar cuidándolas. Patiño es muy consciente que una mascota no es un juguete, sino una responsabilidad y, como tal, actúa en consecuencia. Ella misma se encarga de sus cuidados y mimos, como también se ocupa de Beige, a quien hemos visto pasear e incluso llevarse de vacaciones. En definitiva, darles la oportunidad de tener un hogar que les quiere.

Con una agenda tan apretada y un trabajo tan absorbente como la televisión, María Patiño gestiona a la perfección su día a día, en el que tiene amor para todos en casa. "Dedico casi 20 minutos a cuidar a mis chinchillas, luego a mi chico, a mi hijo y tengo un perro que se llama Beige, y luego paso todas estas horas trabajando aquí", revelaba este viernes en plató. La presentadora ha puesto mucho cuidado en marcar una línea entre su imagen pública y su vida privada, por lo que la confesión que ha hecho nos deja ver cómo es el animado día a día familiar. A propósito de respetar el anonimato de su hijo, María Patiño contaba hace un año: "Tiene una explicación. Una de las cosas que me prometí a mí misma cuando decidí ser madre es que tenía una obligación por encima de todas, y era protegerlo. A partir de ahí, lo llevo al extremo. Es muy importante que para que sea feliz esté muy al margen de todo".

María Patiño y Ricardo Rodríguez

María Patiño y Ricardo Rodríguez paseando junto a Beige.

Gtres

La periodista gallega es una gran amante de los animales y está muy unidas a sus chinchillas. Patiño ha hablado de ellas en más de una ocasión. La audiencia de 'Sálvame' recuerda todavía su angustia cuando, en febrero, Camila tenía que someterse a una operación quirúrgica que, por suerte, superó con éxito. Con la triste pérdida de Camilo, el primer compañero de Camila, en 2017, despertó la ternura de todos sus compañeros de programa.

"Yo no las compré, porque adoro los animales y estoy en contra de que se trafique con animales, estaban en cautiverio y las cuido como si fuesen mis hijas. Les doy besos y las peino", ha contado con su pasión característica. "Las chinchillas no son agresivas", ha matizado. Y, si se diera el caso de que tuviera que desprenderse de ellas, ha dejado claro que "si no sé adónde van ni quién las va a cuidar, vamos las tres a la cárcel.