La ausencia de María José Campanarioen la última corrida en la que participó su marido, Jesulín de Ubrique, el pasado 20 de octubre, ya hizo saltar las alarmas. La odontóloga se había mostrado muy recuperada en las últimas semanas, cuando se reincorporó a su trabajo en la clínica dental de Lloret de Mar (Girona) en la que trabaja tres días a la semana. Que esta clínica esté a cerca de mil kilómetros de su domicilio de Arcos de la Frontera, en Cádiz, hacía pensar que María José se encontraba muy recuperada para aguantar estos viajes largos todas las semanas.
También, recientemente, la familia viajó a Nueva York para acompañar a su hija, Julia, que este año va a estudiar en EE UU. Lo cierto es que María José presentaba entonces un muy buen aspecto.