En las bodas reales, los invitados llegan por orden de importancia. Esto es, primero los menos VIP, para terminar con los monarcas como señal de respeto. En la boda de Harry y Meghan, ya duques de Sussex, no ha sido del todo así… Kate Middleton se ha saltado DEL TODO el protocolo impuesto.
Ha sido con la Reina Isabel II ya dentro de la Capilla de San Jorge, cuando ha llegado la duquesa de Cambridge. La última en llegar, sin incluir a la novia, debería haber sido la reina, pero la boda de Harry y Meghan ha servido para demostrar que no hay que ser tan estricto con las normas, que hay que adaptarse a los nuevos tiempos y a las circunstancias. Por eso, mientras muchos ya hacían a Kate dentro de la capilla, ha resultado toda una sorpresa verla acompañando al cortejo infantil.
Con Isabel ya aposentada, han llegado los tres coches que conducían a los pajecillos a la boda. Niños encargados de llevar el velo a la novia, y niñas con pequeños ‘bouquets’ de flores pero que no han hecho el habitual gesto de lanzar pétalos de rosas. En el interior de los coches, las madres de los menores. Por este motivo, Kate ha entrado después que la monarca inglesa. Ella, junto con Jessica Mulroney, mejor amiga de Meghan, han puesto orden entre la comitiva infantil y han llevado a sus descendientes de la mano. Middleton iba con la princesa Charlotte, mientras que George, que es mayor y no precisa de tanta atención, ha ido de la mano con otro paje.
Decimos que ha sido una boda en la que las normas nupciales habituales no se han seguido, ya que Meghan ha hecho sola su camino hacia el altar. Ha sido al llegar al coro, donde la esperaba el Príncipe Carlos, cuando ha ido acompañada por su ya suegro. Además, no ha exisitido la tradicional figura de las damas de honor. En el caso de Kate, su hermana Pippa fue la encargada de ejercer como tal, pero en este caso Markle ha preferido que no hubiera esa figura.