Mila Ximénez lleva un mes sin poder ir al baño en ‘Supervivientes’. Sus intestinos no funcionan como debieran y ni los medicamentos que la organización le ha suministrado parecen estar haciéndole efecto. La colaboradora está atorada y no hay forma de que ese bolo que crece en su interior conforme pasan los días salga. Tal es la gravedad de la situación que una barca la ha evacuado de la isla.
El momento que más temía ha llegado. Mila se tiene que poner en las malos de especialistas que determinaran qué es lo que tiene que hacer para conseguir que Mila, de una vez por todas, haga de vientre. Este estreñimiento, prolongado en el tiempo, no solo es incómodo y doloroso para quien lo padece, sino también muy peligroso, por eso los médicos han tomado cartas en el asunto.
Ximénez ya llevaba semanas preocupada por su situación. Decía que esto ya le había ocurrido con anterioridad, y al final los médicos tuvieron que intervenir. El programa le ha dado margen, hasta que ha visto que la situación debe de ser insostenible.
Hace unos días veíamos a Mila tumbada en la arena repitiendo los masajes y ejercicios que le habían recomendado para estimular el movimiento en los intestinos, pero no han surtido efecto. Tan incómoda era su situación que llegó a afirmar que casi no podía andar del dolor.
La madre de Alba se enfrenta a su momento más decisivo en el programa. Tras su evacuación será el programa quien decida si puede seguir concursando en ‘Supervivientes’. Puede que este problema médico le haga tener que alejarse de las playas y de sus compañeros, y poner fin a un reality que puede costarle la salud. La resolución a todo esto se verá mañana, en la gala de expulsión de los jueves.