Las traiciones en ‘círculos de confianza’ como el caso del periodista Luis del Olmo, son situaciones especialmente dramáticas que normalmente no solo afactan al terreno personal, si no que, suelen ir acompañadas de un suculento robo de patrimonio que deja al perjudicado cerca de la ruina. Luis Del Olmo se está enfrentando cara a cara en el juzgado con el que fuera su administrador, Rogelio Rengel, por supuestamente haberse quedado con 15 millones de euros, ganados honradamente por el veterano locutor, durante su exitosa carrera. El conductor de ‘Protagonistas’ descubrió hace cinco años que Rogelio no jugaba limpio con su dinero. Todavía no se ha recuperado del varapalo.
Belén Esteban es sin duda el caso de traición profesional más ‘googleado’ de este año. La colaboradora de ‘Sálvame’ descubrió que su representante, Toño Sanchís, supuestamente le robaba importantes sumas de dinero procedentes de sus intervenciones televisivas, sus spots promocionales, lo ganado con su libro… Al parecer le reclama judicialmente más de 500.000 euros que no habría cobrado.
La cantante Merche ha sido una de las últimas en añadirse a esta lista. Su casa y la de su madre están en concurso de acreedores porque Hacienda le reclama un millón de euros. Al parecer, las personas cercanas a ella, que gestionaban sus cuentas, la habrían llevado a esta dramática situación. Aun así, Merche mira hacia adelante, gracias a su hija Ambika, y cuenta con el apoyo incondicional de su pareja, Arturo Requejo, ex concursante de Gran Hermano.
Jesulín de Ubrique, tras confiar en su padre Humberto, y darle plenos poderes para gestionar su patrimonio, se encontró con deudas millonarias por las malas gestiones y derroches que siempre se han atribuido a su progenitor, aunque él nunca ha querido hablar de ello.
La tenista Arancha Sánchez Vicario acumuló 45 millones de euros durante su carrera profesional y también se arruinó, según ella, por culpa de sus padres, con los que no mantiene buena relación desde que todo saliera a la luz. Arancha, que en la actualidad vive retirada junto a su marido, Josep Santacana y sus hijos, Arantxa y Leo, ya mira toda la rocambolesca historia como algo que forma parte del pasado, pero que sin duda, le ha marcado.