No hay nada que pueda con Ernesto de Hannover. Ni siquiera un ingreso hospitalario. El marido de Carolina de Mónaco tuvo que ausentarse de la boda de su hijo Christian debido a una indisposición que le llevo directamente al hospital. Por suerte, no resultó ser nada de gravedad y pudo ser dado de alta a los pocos días. ¿Y qué fue lo primero que hizo? Irse de comida con sus familiares. Y eso que las fuentes apuntan a que había sido una intoxicación alimenticia lo que le había llevado hasta el centro hospitalario...
Ni un compromiso público sin que Ernesto de Hannover haga de la suyas. El príncipe alemán es especialista en salidas de tono y momentos incómodos. Tanto es así que, prácticamente, no le vemos acudiendo a ningún acto de su familia política. Más vale prevenir en lugar de curar, deben pensar en la casa Grimaldi. Basta echar un vistazo a su último evento para darnos cuenta de que no van mal desencaminados.
Hannover se trasladó hasta Perú para asistir a la boda de su hijo Christian. Toda una novedad, pues el príncipe se perdió por voluntad propia el enlace de otro de sus hijos, Ernesto Jr., celebrado el pasado mes de julio. Será que esta vez sí se vio con ganas de dejarse ver. Claro que, finalmente, pudo disfrutar poco de la ceremonia. El todavía marido de Carolina de Mónica -hace tiempo que viven por separado- no pudo asistir a parte de los fastos por encontrarse indispuesto.
Durante el enlace, el príncipe comenzó a sentirse mal y fue trasladado a la Clínica Delgado de Miraflores para realizarle un chequeo. Allí decidieron ingresarle durante unos días para poder someterle a las revisiones oportunas. Según fuentes cercanas, podría haberse tratado de una intoxicación alimenticia durante los días previos a la boda. Hannover llegó al hospital el viernes y no ha sido hasta ahora cuando ha recibido el alta.
Sin duda, la recuperación del padre del novio es más que evidente. A las pocas horas de salir del centro hospitalario, tal y como informa ABC, Hannover se dirigió hasta el Lima Marina Club para celebrarlo con una comida junto a su hijo y el resto de invitados. Está claro que la intoxicación no ha mermado su apetito.