“Todavía le falta alguna cosa pero poco a poco la iré colocando”. Bárbara Rey (73 años) y Ángel Cristo recibían a Lecturas en su nueva -o casi- y flamante roulotte hace ya muchos años. La pareja, ya casada, se había instalado en la que fuese la caravana del domador. Un nuevo y peculiar hogar donde la vedette quiso meter mano rápidamente. “Estoy muy contento de como María ha puesto la caravana, desde luego nadie podrá decirme que mi mujer no tiene gusto a la hora de decorar la casa”, aseguraba Cristo en el espectacular reportaje. Bárbara -María para su marido- había reformado, decorado y hasta cosido. Todo con tal de sentirse como en casa.
Bárbara Rey y Ángel Cristo abrieron las puertas de su roulotte para Lecturas en marzo de 1980. No podían estar más felices e ilusionados con su nueva vida. Así lo retratamos y así ha vuelto a recordarlo 'Cristo y Rey', la serie basada en su historia de amor. Este es, sin duda, uno de los platos fuertes. Imposible no dejarse llevar por las impresionantes fotografías.
La caravana de Bárbara Rey y Ángel Cristo
“La caravana de Ángel y Bárbara está dividida en tres partes: el baño, la cocina-salón y finalmente el dormitorio, perfectamente diferenciables y en las cuales la actriz ha puesto su gusto a la hora de decorarlas”. Era ni más ni menos que Chelo García Cortés la periodista encargada de redactar y fotografiar el reportaje en el que la vedette y el domador abrían su particular hogar para Lecturas. Una roulotte de lujo donde uno podía moverse con amplitud.
“Yo cambié muchas cosas de la caravana, no porque estuvieran mal ni bien, sino porque era un sitio en el cual vamos a vivir ángel y yo y pienso que tenía que darle el punto de hogar confortable que antes faltaba”, afirmaba Bárbara. La vedette apuntaba que su ya marido no tenía tiempo para dedicarse a las cosas mundanas pues trabajaba muchísimo. “Además, tú bien sabes que los hombres en estas cosas con más dejados que las mujeres”, culminaba tirando de cliché.
Un baño completamente reformado
“En el baño, que era de color blanco y de material italiano muy bueno, le faltaban algunas piezas, entre ellas el bidé. No tuve más remedio que ponerlo todo nuevo”, continuaba la actriz. “Ahora, los muebles del baño son en tonos marrones, como las cortinas y pequeños detalles que considero son necesarios para que esta pieza de la casa sea lo suficientemente completa”. Bárbara posaba en la estancia más privada con total soltura.
“Me siento muy feliz viendo como ella se preocupa de todo lo que concierne al hogar”, añadía Ángel Cristo. “Realmente la caravana ha dado un cambio grandioso, yo no he tenido tiempo de hacer nada en ella y por eso María la reformó por completo”.
Bárbara Rey, una mujer liberada
“Yo estoy perfectamente preparada para ser ama de casa, lo único que ocurre es que soy una mujer liberal y esto implica que yo no esté todo el día metida en la cocina, limpiando o cosiendo”. Como en todo, Bárbara Rey tenía ya las cosas muy claras a principios de los ochenta. Aunque tirase de algún cliché y algún guiño, la vedette no pensaba pasar por el aro. “Yo tengo una persona que me ayuda en las tareas de la casa, lo cual no quiere decir que si un día me apetece preparar la comida no lo haga”, dijo.
En temas decorativos, poco tuvo que hacer Bárbara en la cocina. “Estaba perfectamente amueblada”, reza el reportaje. Tan solo la vedette se dedicó a proveer del menaje habitual: cubertería, mantelería y demás.
Un espectacular y barroco salón
Es en el salón donde más se nota la mano de la actriz, apunta el reportaje de Lecturas. “Aquí es donde he puesto casi todo. Quité el tresillo de piel que tenía Ángel y he puesto el que ves, en tonos muy claros, pienso que muy bonito. También compré la mesa y el secreter, éste último lo considero un mueble muy utilizable ya que tiene varios cajones y te puedes imaginar que en este tipo de viviendas tienes que hacer todo lo posible para que además de ser confortables y bonitos, sean útiles, pues el espacio es más que necesario”.
Bárbara nos confiesa que también se ha encargado de las cortinas y los cuadros. “Entre ellos, uno que yo pinté”, explica la vedette, dejando traslucir que sus dotes artísticas van mucho más allá de los escenarios. “Nos hemos gastado una suma considerable pero ¿a quién lo le gustan las cosas de calidad? Piensa que a veces, por querer ahorrar en algún mueble, a la larga pierdes más dinero”, asegura tajante. Eso sí, sin desvelar la cifra exacta de lo que se gastaron en la reforma.
El dormitorio de Bárbara Rey y Ángel Cristo
Si en algo invirtieron Bárbara Rey y Ángel Cristo fue en el dormitorio. O más bien, en la cama. La pareja adquirió una enorme. “Cubre casi toda la habitación”, explica la crónica. “Bárbara ha sabido darle un toque realmente atractivo y acogedor”, destacan sobre el dormitorio. Y allí posaba feliz la enamorada pareja. “La casa es para disfrutarla y poder utilizarla con toda la tranquilidad del mundo. Si se te estropea algún mueble, qué le vas a hacer, se cambia y todo solucionado. Yo no soy de las personas que decoran su casa pensando en los que vienen de visita”.
Y así fue. Bárbara pasó algunos de los momentos más felices de su vida en esa caravana. Recién casada, enamorada, dejando su pasado atrás y mirando hacia el futuro. Un futuro que no iba a ser nada sencillo.