Y ¿qué misterioso disfraz se pondrá el adalid de los cambios de look para que sus fans no lo reconozcan por la calle? Para Pelayo Díaz no hay nada más eficaz que cambiar el tupé por el flequillo hacia delante y afeitarse su sexy barba de 3 días. Tan sencillo como eso.
Ni periódicos con dos agujeritos para los ojos, ni gafas con nariz y bigote de coña, ni bolso en la cara a lo Anita Obregón. Él solo necesita dejarse el tupé en casa y pasarse la maquinilla y ya es otro. Dice que así parece mucho más joven y la verdad es que uno no le echaría más de 24 años.
Díaz, que este año cumplirá 30, ha visitado el programa ‘Partido a partido’, el mismo en el que reveló que no podía usar slip “porque su yate no cabía”, y ahí ha confesado cuál es la imagen por la que apuesta cuando necesita ir de incógnito. Y es que, de ser un bloguero, conocido por los aficionados a la moda y a las últimas tendencias, ha pasado a ser un personaje televisivo que llega a mucha más gente, lo que ha hecho que su fama se dispare. La que escribe esto da fe, de que el caballero no puede ni desayunar tranquilo, puesto que ha visto como grupos de niñas se le acercaban entre risitas y empujones para hablar con él. Hay veces en las que uno necesita que no lo reconozca ni su propia madre y poderse tomar el café de primera hora de la mañana tranquilo.
En ‘Partido a partido’ ha dicho que no se había peinado y que llevaba un look “muy ‘British’” porque venía de pasar unos días en Mánchester. Y todo se pega, así que parecía el Gallagher estilista.
Aunque nadie creía que con ese look pudiera pasar inadvertido, Pelayo insistía en que así era. “La clave es dormir con tupé y despertarse sin tupé. Así uno amanece despeinadete”, daba como ‘tip’. Pues perfecto, ya lo sabemos para cuando seamos tremendamente conocidos y los fans no nos dejen solos ni a sol ni a sombra.