David Muñoz (44 años), nombrado como mejor cocinero del mundo y marido de Cristina Pedroche, inauguró el pasado 14 de febrero su restaurante en Dubái en el lujoso resort urbano One&Only One Za'abeel con vistas a la conocida como 'joya del desierto'. "La apertura de Streetxo ha sido intensa, arrolladora y muy bestia, unas semanas tan agotadoras como increíbles. Lo mejor está por llegar", escribió el chef en sus redes sociales junto a un vídeo en el que mostraba las modernas instalaciones de este establecimiento en el que hemos tenido la oportunidad de entrar.
Lecturas.com ha podido hablar con Guillermo Rufas, ingeniero español que vive en Dubái, para saber todos los secretos del local y además conocer si la experiencia en el restaurante del chef merece la pena o no. "El diseño y la estética es bastante creativo, 100% en su estilo y desde mi punto de vista muy acertado para el mensaje que quiere transmitir", nos explica sobre el restaurante, del que dice que es "exageradamente grande". "Creo que es enorme para el concepto que al menos quería dar en Madrid, lo cual hace que parezca que está demasiado vacío, o eso me dio que pensar cuando fui. Sí que había bastante gente, pero había muchas mesas vacías. Imagino que un viernes o sábado habrá más demanda", confiesa.
Además, una de las cosas que más ha llamado la atención de Guillermo a comparación con el resto del restaurante es que el baño es muy pequeño. Y es que nos cuenta que si estuviera totalmente lleno no tendrían suficiente capacidad para todos. "En el baño de hombres solo hay un urinario y un retrete. No me quiero imaginar si el local está lleno y varias personas quieren ir a la vez. Se puede formar una cola enorme, explica.
Sobre la ubicación del propio local, este ingeniero nos cuenta que mientras que la mayoría de restaurantes de lujo se encuentran en el módulo horizontal del edificio (aproximadamente en la planta 24 y con vistas 360 grados), StreetXO está en la 4ª planta y ofrece vistas completas al Dubái Frame y parcialmente a 'downtown' (Burj Khalifa). Algo separado del resto de establecimientos más lujosos. Eso sí, Rufas dice las oportunidades de estar en ese espacio son muchísimas, ya que hay un gran salón dividido en cocina abierta, zona de dj, barra, mesas dobles y para grupos grandes y "una terraza que amplía la excéntrica y disruptiva imagen del local".
A pesar de que el restaurante del marido de Cristina Pedroche está más apartado que el resto, Guillermo cuenta que su servicio está muy en línea con Dubái. "Nada más entrar tienes a tres chicas esperándote para confirmar tu reserva y acompañarte a tu mesa. La recepción es muy creativa, la puerta es como una cámara acorazada y tiene la bicicleta con los globos y dos sillas colgantes", nos cuenta Rufas, que dice que entre los trabajadores de David hay mucho hispanohablante. Comparándolo con el de Madrid, este ingeniero nos cuenta que algo que nota que les falta aún es que en la capital española te explican y te venden los platos que te entregan como si fuera el padrenuestro mientras que allí todavía es una tarea pendiente. "Te lo cuentan pero se ve que están recién abiertos. Eso sí, la camarera nos contó que han probado todos los platos varias veces para poder expresar todos los detalles", comenta.
Eso sí, David sabe lo que se hace y aunque el menú "es prácticamente igual" al que podemos degustar en Madrid, el chef omite el cerdo y el alcohol en todos sus platos y "busca sustitutos que no afecten mucho al resultado que David espera". "Que no haya alcohol en sus platos no quiere decir que no se venda. Una cerveza cuesta unos 60AED (14€), en línea con el resto de restaurantes, y el vino más barato (tinto español) son unos 370AED (92€), también en media con Dubái. El más caro son 4,630AED (1,150€)", nos revela.
David Muñoz, un gran anfitrión para todos sus comensales
Guillermo cuenta en Lecturas.com que a pesar de que cuando fue a cenar David ya no estaba en Dubái sí que pudo coincidir con él durante la inauguración hacía ya dos semanas antes. ¿Cómo se comportó? "Fue bastante simpático y educado. Se paró a hablar conmigo y estrecharme la mano, aunque se le veía demasiado agotado", revela.
Guillermo pudo comer algunos platos de David, aunque hay tantos que para una noche se hacen demasiadas opciones. "Mínimo te dejas 100€ por cabeza comiendo normal (no te quedas con hambre, pero tampoco has tenido oportunidad de probar todo). En mi caso pedimos croquetas de Pedroche, el bocadillo de calamares, la paella de pollo y caviar, el 'pekinese dumpling' y la lasaña no lasaña. De bebida, cerveza española. En total salimos por 105€ cada uno", nos cuenta Rufas, que sin duda tiene claro cuál es el plato al que Muñoz le pone más mimo. Una elaboración que le hará mucha ilusión a su mujer. Su amiga del alma, su inspiración.
"Las croquetas de la Pedroche siguen sin defraudar. Para mí sigue siendo el mejor plato aunque el kimchi sea distinto", comenta sobre esta elaboración del chef que cuesta por pieza 17 euros. Según explica Guillermo los platos siguen teniendo la esencia del cocinero, que ofrece en todos ellos una gran calidad de producto. "Todos sus ingredientes han sido claramente pensados para ofrecer ese sabor tan único", explica. Pero además, este ingeniero se atreve a comparar con otros restaurantes de la ciudad.
"Dubái tiene muchísima variedad gastronómica y cuenta con los nombres de los mejores restaurantes del mundo. Sin embargo, me atrevería a decir que en cuanto calidad de producto, sabor y delicadeza en la elección de combinación de ingredientes, estaría en el top de los mejores restaurante que he ido", concluye.