El divorcio entre la infanta Cristina (58 años) e Iñaki Urdangarin (55 años) está ocupando buena parte del interés mediático. Tras esperar a que su hija pequeña, Irene Urdangarin (18 años), cumpliera la mayoría de edad, ambos habrían iniciado el proceso para formalizar su separación con un divorcio, con acuerdo económico de por medio. No obstante, parece que la hija del rey emérito Juan Carlos (85 años) no tendría ninguna prisa.
Las fotografías de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia
Fue hace dos años cuando Cristina e Iñaki decían tomar caminos separados. A pesar de ello, la infanta no ha dejado de llevar su alianza. Un gesto que podría representar el pesar o pena que la madre de Pablo Urdangarin sentiría por el fin de su matrimonio. Es por eso que las últimas imágenes del exdeportista de balonmano con el hijo de su novia, Ainhoa Armentia, no deben haberle gustado lo más mínimo.
Así lo afirma Pilar Eyre, bloguera de Lecturas. La periodista habría recibido una información que afirmaría que la hermana del rey Felipe VI (55 años) sufre cada vez que aparecen imágenes en las que el padre de sus cuatro hijos muestra gestos de cariño y amor por su nueva pareja.
La buena relación de Iñaki Urdangarin con los hijos de Ainhoa Armentia
El desagrado de Cristina con esta nueva situación llega a tal punto que la infanta no querría que sus hijos conocieran a Armentia, a la que culpa de su ruptura con Urdangarin. Juan, Pablo, Miguel e Irene, sabiendo cómo se siente su madre y no queriendo causarle más dolor, respetan la voluntad de su progenitora y, por eso, aún no los habríamos visto con la pareja de su padre. En cambio, a la inversa no pasa lo mismo. Y es que en el último reportaje de la revista Lecturas podemos ver a Iñaki pasando tiempo de ocio con los hijos de Ainhoa.
Concretamente, las fotografías muestran al deportista y al hijo mayor de Ainhoa paseando en bicicleta, compartiendo así su pasión por el deporte. Una situación nada extraña ya que Urdangarin y Armentia viven juntos en Vitoria. Allí también conviven con los hijos de ella cuando le toca a ella, ya que Ainhoa tiene la custodia compartida con su exmarido.
Un divorcio que ya dura varios años
El romance de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia salía a la luz en enero de 2021 cuando se publicaban unas imágenes de la pareja paseando por una playa, cerca de Bidart. Fue entonces cuando la abogada ponía en marcha su divorcio, ya que tenía claro que quería apostar por una nueva etapa junto al deportista y para eso tenía que formalizar cuanto antes la separación legal del padre de sus hijos.
Algo que, de nuevo, se diferencia de la situación de Iñaki. Cuando las instantáneas salieron a la luz la ruptura de su relación parecía clara. Es por esto que Cristina siempre ha señalado a Ainhoa como la culpable de que todo se precipitara y se empezara a hablar de su distanciamiento. Poco a poco, su divorcio se ha ido fraguando a lo largo de los años.
Primero se comentó que esta separación oficial llegaría cuando Irene, la benjamina de la familia, cumpliera los 18 años. La joven, que vivía en Ginebra con su madre, habría sido la que más habría sufrido con la separación de sus padres. De esta manera, ambos habrían decidido retrasar la firma de papeles hasta que ella fuera mayor de edad.
La vida de los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
A pesar de que un divorcio nunca es plato de buen gusto, Cristina ha comenzado a retomar su vida más pública. Cada vez es más habitual ver a la infanta en nuestro país. Acude principalmente a actos relacionados con su trabajo en la Fundación La Caixa, aunque también se la ha visto en actos sociales cómoda y radiante. Además de los partidos de balonmano de su hijo Pablo Urdangarin, que está totalmente volcado con su vocación como deportista.
En cuánto a sus hijos, tres de sus cuatro hijos ya están instalados en España. Miguel se graduó hace poco en Ciencias del Mar en Londres, Pablo reside en Barcelona, donde ha encontrado el amor con Johanna Zott, Juan vive en Madrid e Irene se acaba de trasladar también a la capital de manera temporal y se está sacando el carnet de conducir. Su intención es realizar un voluntariado en el extranjero siguiendo los pasos de su hermano mayor.