La vida del príncipe Harry (38 años) y su esposa Meghan Markle (41 años) ha cambiado drásticamente desde su partida a Estados Unidos. Seguramente no estaba entre los planes del hijo menor de Carlos III, vivir ajeno a la institución en la que se ha criado y lejos del país que lo ha visto nacer, pero la vida da muchas vueltas y sorprende hasta aquellas personas que tienen el futuro asegurado. Cuando Harry y Meghan comenzaron su noviazgo no pensarían que al cabo de unos años su futuro estaba lejos de la vida que iban a empezar como pareja.
El papel de Harry dentro de la monarquía británica ha sido importante toda su vida, a pesar de no ser el hijo destinado a sentarse en el trono, su figura era relevante para la sociedad británica y para la institución y más aún cuando llegó a su vida, la que sería su futura esposa. Con la aparición en escena de la actriz norteamericana y mestiza, muchos creyeron que supondría un cambio de aires en el palacio de Buckingham, que sería un paso más hacia la modernización de una entidad que muchos siglos de historia.
Eran muchos los que esperaban con ilusión esa renovación dentro de la Familia Windsor pero finalmente todo quedó en humo. El estricto protocolo, la presión mediática y la poca privacidad que recibió la joven pareja les llevó a plantearse qué tipo de vida querían llevar y cuál sería el coste de permanecer bajo el amparo de la monarquía británica.
La distancia física y emocional de los duques de Sussex con la Familia Real británica
En 2020 fue cuando el príncipe Harry y Meghan Markle deciden poner distancia entre ellos y la Familia Windsor, no solo física sino también emocional, la pareja encuentra algo de consuelo cuando se establece en Canadá pero poco días antes de que comenzaran las restricciones por la pandemia de coronavirus, los duques de Sussex se mudan a Estados Unidos, buscando una vida mejor, para ellos y su familia. En California fue donde su hijo Archie comenzó a dar sus primero pasos y los royals pudieron disfrutar de la ansiada paz, más tarde se uniría un nuevo miembro a la familia, la pequeña Lilibet Diana.
La renuncia de sus funciones a tiempo completo supuso que ambos dejaran de representar a la reina Isabel II, ahora Carlos III, a pesar de su deseo de seguir al servicio de la reina. De modo que la agenda de los duques de Sussex se vio completamente vacía de la noche a la mañana. El príncipe Harry siempre ha estado muy comprometido con su papel como segundo de abordo y no pensaba dejar atrás las causas que verdaderamente le importaban a pesar de no poder hacerlo como príncipe.
Meghan y su esposo crearon la fundación Archewell, con la que comenzaron a trabajar en diferentes causas sociales que permitía a los duques de Sussex seguir con el legado que querían dejar dentro de la monarquía. El rol que asumía el príncipe Harry hace unos años ahora lo desempeña la princesa Ana, que se muestra encantada de poder tener un papel dentro de la ecuación. Sin embargo, los compromisos a los que acude no generan el mismo interés que si en su lugar estuvieran los royals exiliados.
La tensión crece entre Harry y Meghan y la Familia Windsor
Conforme han ido pasando los años, la relación entre la familia de Harry y su nueva familia creada con Meghan Markle, ha ido distanciándose poco a poco. Al principio parecía que los duques de Sussex tenían una relación cordial con el resto de miembros de la Familia Real británica, con el tiempo, y las declaraciones de los royals, se ha descubierto que había un gran foco de tensión, envidias y malas relaciones que venían de lejos y que han salido a la luz ahora.
La entrevista con Oprah Winfrey desató la polémica porque Meghan puso sobre la mesa la aparición del racismo por parte de algunos miembros de la familia de su esposo. Meses más tarde cuando se supo que los duques de Sussex protagonizarían una serie de Netflix el mundo puso de nuevo la vista en ellos y no salieron decepcionados. Los espectadores pudieron entrar en la vida y la casa de los royals y saber de primera mano qué es lo que pasó en determinados momentos para que la única vía para solucionar los problemas fuera dejando atrás la vida dentro de la Familia Real británica.
Con la publicación de En la sombra, el príncipe Harry quiso compartir con los lectores todos los aspectos de su vida, plasmando situaciones que no han dejado en buen lugar a algunos de sus familiares más cercanos como su padre o su hermano, incluso deja al descubierto sus pensamientos sobre Camilla y Kate Middleton que quedan retratas de una manera poco amable entre sus páginas.
Todas estas disputas, negociaciones y tensiones no solo con su familia, también con la prensa británica ha sumido al príncipe Harry en un papel del que aún no se sabe cómo saldrá. Si finalmente la justicia le dará la razón en la demanda contra medios ingleses por conseguir información con métodos abusivos y si logrará llegar a un entendimiento con su padre y su hermano. Son muchas las incógnitas que hay al respecto, pero que se irán descifrando conforme los protagonistas vayan interactuando en esta historia.