Hace 10 años, la Casa Real española experimentó un giro radical. El rey emérito Juan Carlos abdicaba como monarca y cedía su puesto a su único hijo varón. Una decisión que conocían muy pocas personas y que dejó patidifusos a los ciudadanos, autoridades e instituciones. Unos días después del anuncio, el 19 de junio de 2014, Felipe (56 años) y Letizia (51 años) subían al trono con una ceremonia austera y (dentro de lo que cabe) discreta. Una fórmula con la que dejaban claro su intención de dejar atrás viejas costumbres y tradiciones para renovar por completo la imagen de la Corona. Una apuesta para modernizar esta institución y hacerla mucho más transparente, asegurando así el futuro de sus hijas.
Desde entonces, los reyes han llevado a cabo muchos movimientos para marcar una distancia con el reinado anterior. Uno de los más destacados fue la reducción de los actos oficiales de los royals, especialmente de la infanta Elena (60 años) y Cristina (59 años). ¿La razón? Por un lado, la hermana mayor del rey se había divorciado de Jaime de Marichalar y siempre se habría mantenido muy cercana a su padre, exiliado a Arabía Saudí.
Por otro lado, la madre de Irene Urdangarin se había visto salpicada por la implicación de su entonces marido, Iñaki, en el Caso Nóos, del que también acabaría divorciándose tras salir a la luz su romance con Ainhoa Armentia. Y no solo esto. Además de marcar distancia, se quiso evitar a toda costa la imagen del monarca con sus hermanas. Una forma de marcar total distancia con ellas y sus polémica que, parece ser, la reina Letizia promovió. Desde entonces, las hermanas han participado en eventos de gran relevancia social, pero totalmente desligados de la Casa Real.
¿Por qué las infantas Elena y Cristina vuelven a los actos oficiales?
10 años después de estas medidas y de todas las situaciones que tensaron la relación entre las infantas Elena y Cristina y los reyes Felipe y Letizia, parece ser que algo ha cambiado. El pasado miércoles, la madre de Pablo Urdangarin acudió a la 42ª edición de la ceremonia de entrega de las becas de posgrado en el extranjero de la Fundación La Caixa, entidad para la que trabaja desde hace ya varios años como directora de Área Internacional de la Fundación Bancaria La Caixa.
Un paso al frente totalmente nuevo, ya que nunca había asistido a estos eventos y mucho menos... ¡con su hermano presente! Así es. Cristina y Felipe coincidieron en este acto, donde mantuvieron una actitud profesional y centrada en lo importante, pero que significaba un cambio importante en su dinámica.
Algo antes, el 6 de junio, vimos a la madre de Victoria Federica presidir la entrega de premios de la XXXIII edición del Concurso de Pintura Infantil y Juvenil para Centros Escolares de Patrimonio Nacional. Muy sonriente y con un look rompedor y llamativo, Elena demostraba lo feliz que estaba por volver a formar parte de los deberes institucionales.
Pero, ¿Cuál es la razón de este acercamiento? ¿Qué ha pasado para que los reyes hayan aceptado la 'vuelta' de las infantas a la vida pública? ¿Cómo han recuperado la confianza de Felipe? Para empezar, el tiempo. Así es. El pasar de los años y la evolución de todos ellos ha ayudado a mitigar las tensiones y antiguas rencillas entre los hermanos. Esto ya lo vimos en la fiesta del 60 cumpleaños de la infanta Elena, a la que acudió casi toda la familia real a excepción de la princesa Leonor y la infanta Sofía debido a sus formaciones.
A esto se suma que, Felipe y Letizia saben que tener un frente unido y consolidado es mucho más práctico y útil. Si la familia real se presenta como una unidad irrompible es mucho más fácil mantener su estabilidad. Además de que siempre va bien tener una mano extra para hacer frente a las muchas labores de la Casa Real. Lo vimos, precisamente, durante el viaje a Guatemala de la reina Letizia. Al estar una semana fuera era necesario que alguien se hiciera cargo del resto de actos.
El papel de la reina Sofía en la reconciliación de sus hijos
El tiempo y la practicidad no ha sido lo único que ha facilitado este acercamiento. La reina Sofía (85 años) ha jugado un papel clave en esta reconciliación de la que vamos viendo pequeñas estampas. No es de extrañar. La emérita ha dejado claro en muchas ocasiones que su familia siempre ha sido lo más importante para ella. De forma discreta y elegante, tal como es ella, la matriarca habría ido allanando los obstáculos para que sus hijos encontraran el camino de vuelta a casa.
Según informa 'Monarquía Confidencial', varias fuentes cercanas a La Zarzuela han confirmado la acción de la hermana de Irene de Grecia. "La discreción y el respeto hacia la vida privada de la familia real han sido claves durante este proceso de acercamiento. La reina doña Sofía ha llevado la iniciativa en todo momento", recoge el citado medio.
Esto iría en la línea del análisis de la psicóloga Lara Ferreiro, que denominó a la emérita como "madre cohesión". "La reina Sofía es una madre cohesión, intenta unir a todos sus hijos y que haya esa coexistencia pacífica [...] Ella ha hecho su trabajo en la sombra y de manera silenciosa pero fíjate al final lo ha conseguido. [...] Doña Sofía es la matriarca reconciliadora, es una mediadora total", explicaba la experta.