Hoy era un día muy importante para la infanta Elena (60 años). Después de varios años sin formar parte de la agenda oficial de la Casa Real española, la hermana mayor de Felipe VI (56 años) ha vuelto (aunque de forma temporal) a los eventos institucionales. La madre de Victoria Federica ha presidido la entrega de premios de la XXXIII edición del Concurso de Pintura Infantil y Juvenil para Centros Escolares de Patrimonio Nacional, en la Galería de las Colecciones Reales. Como muchas de las iniciativas de esta entidad, el certamen tenía como objetivo que los niños y jóvenes entendieran mejor la historia y contenido de los Reales Sitios a través de un acercamiento artístico.
Sabiendo que todos los ojos estarían sobre ella en esta ocasión tan destacada e inusual, la infanta Elena ha decidido romper con el clasicismo que marca muchos de sus outfits y apostar por una opción más llamativa. Concretamente, la hija de la reina Sofía (85 años) ha optado por un vestido multicolor, caracterizado por un estampado de formas geométricas. De largo midi, esta prenda ha aportado luz y alegría al estilismo de la infanta. Eso sí, para evitar que la combinación de colores fuera demasiado intensa, la madre de Froilán ha completado su look con una blazer de tonalidad arena que combinaba a la perfección con los tacones.
También ha destacado otro detalle. En sus actos habituales, solemos ver a la infanta Elena con peinados sencillos, como llevar la melena suelta, una coleta baja o incluso tapar su cabello con una gorra. No obstante, esta vez, ha decidido peinar su cabellera hacia atrás, despejando su cara y dando protagonismo así al sutil (pero acertado) maquillaje que ha usado para este evento. Por último, cabe destacar las joyas escogidas: unos pendientes dorados y un collar redondeado. Ambas piezas han encajado perfectamente con el resto del estilismo, creando una harmonía perfecta.
Tras ser recibida por la presidenta del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, Doña Elena ha subido al escenario para llevar a cabo la entrega de galardones. Después de escuchar los discursos de Natalia Martín, miembro del jurado, y Mara Rodríguez, alumna ganadora del primer premio, ha tenido lugar una actuación musical a cargo de la agrupación Telemann del distrito de Tetuán.
Finalmente, la infanta Elena ha realizado un recorrido por la galería donde se exponen los dibujos ganadores. La cuñada de Letizia se ha mostrado muy interesada por todas las obras y ha hablado con algunos de sus creadores y creadoras. Este no será el único acto donde podamos ver a la infanta en los próximos días. El domingo 9 de junio, la duquesa de Lugo formará parte de la tradicional corrida de la Beneficencia de la Feria de San Isidro, celebrada en la plaza de Las Ventas, en Madrid.
Felipe VI y Letizia hacen una excepción con la infanta Elena
La presencia de la infanta Elena en un acto oficial de la Casa Real no es baladí. Cuando Felipe VI subió al trono, tras la abdicación del rey emérito Juan Carlos, quiso renovar por completo la imagen de la Corona. Al fin y al cabo, estaba en juego el futuro de sus hijas. Aunque se llevaron a cabo muchos movimientos, el más destacado es que los royals redujeron considerablemente sus actos públicos.
Entre los miembros que vieron minimizadas sus apariciones públicas estaban la infanta Elena y Cristina, que siempre habían disfrutado de este papel. Además, en el caso de la madre de Irene Urdangarin, se la quería apartar aún más por la implicación de su entonces marido, Iñaki, en el Caso Noòs. Desde entonces, las hermanas han participado en eventos de gran relevancia social, pero totalmente desligados de la Casa Real.
Es por eso que el hecho de que Felipe y Letizia decidieron hacer una excepción durante esta semana y permitir la vuelta de Elena tiene un significado mucho más profundo de lo que podría parecer. Además de cubrir una ausencia, debido al viaje a Guatemala de la reina y de la propia agenda del rey, es un gesto que denota que las aguas están mucho más calmadas en la familia real. Algo que ya se intuyó hace unos meses cuando hubo un cónclave de los Borbón para celebrar el 60 cumpleaños de la infanta.