La princesa Leonor (18 años) se encuentra en el punto de mira de manera constante. Cada movimiento que lleva a cabo es analizado al milímetro pero esto no es algo novedoso para ella, ya que prácticamente desde su nacimiento ha sido así. Por ello, la responsabilidad de ser la heredera a la Corona española es un peso muy importante en una persona de su edad. Lecturas.com ha querido hablar con la psicóloga sanitaria María Morano para conocer cómo afecta esta responsabilidad en su vida diaria y los riesgos que conlleva.
La hija mayor de la reina Letizia sabe que desde que nació debe "continuar con una herencia que conlleva no solo deberes institucionales, sino también el peso de las expectativas de toda una nación". Además, entra en juego la presión a la que está sometida desde muy pequeña, "siempre marcada por una constante exposición mediática y una agenda predefinida desde muy joven". En cualquier caso, la experta apunta que detrás de este rol, también existe una persona de su edad que tiene otro tipo de necesidades igual de importantes.
La importancia del equilibrio en la vida de la princesa Leonor
Morano lo tiene claro y es que la Princesa de Asturias necesita compaginar todos estos deberes con una vida lo más normal posible. "El hecho de que pueda disfrutar de momentos alejados del protocolo y de la vida pública, rodeada de amistades y viviendo experiencias propias de su etapa vital, es esencial para su equilibrio personal", comenta la psicóloga. De hecho, la prensa alemana acaba de publicar el quebradero de cabeza que ha supuesto para sus padres el hecho de que haya salido a la luz un viaje con sus amistades en un avión comercial.
Por ello, habla de la importancia de estos momentos para desconectar. "Es en la adolescencia cuando el cerebro experimenta la poda sináptica, un proceso crucial para el desarrollo neuronal que refuerza las conexiones más utilizadas y elimina las menos útiles", explica María sobre el nivel biológico pero también el emocional. "Las relaciones interpersonales son vitales para definir quién es más allá de su rol público", sentencia la experta.
Además, Morano se refiere a estas amistades que debe experimentar como un factor clave en su desarrollo. "Las amistades le permiten aprender a gestionar las emociones, practicar la empatía y desarrollar habilidades sociales que le serán de gran utilidad a lo largo de su vida. Además, le brindan un espacio donde puede experimentar sus propios deseos, dudas e inquietudes sin el filtro de las expectativas sociales, algo clave en esta etapa evolutiva", comenta.
Morano nos explica que en este sentido es cuando una persona comienza a construir su identidad personal, algo que tiene que ir unido a la experimentación de amistades y nuevas emociones. "Tener amigos y una vida relativamente normal juega un papel protector. Al estar rodeada de personas que la conocen y la aprecian por quien es, y no por el cargo que representa, puede forjar relaciones profundas y duraderas, lo que facilita su desarrollo emocional y fortalece su autoconcepto", desvela la experta.
La problemática para la princesa Leonor en caso de no encontrar el equilibrio
Para alguien que tiene el cargo que ostenta la hija del rey Felipe VI es muy fácil caer en tópicos y por ello todos estos retos suponen un crecimiento personal en ella. "Tener amistades con distintas realidades fomenta la empatía y la capacidad de tomar decisiones desde una perspectiva crítica", explica Morano sobre el hecho de contar con personas cercanas que tienen diferentes privilegios que ella.
De no conseguir este equilibrio en la importancia de su desarrollo tanto personal como profesional, podría suponer una problemática. "Si Leonor no pudiera tener esta base de relaciones y experiencias espontáneas, auténticas y libremente elegidas, podría enfrentar desafíos en la construcción de su propia identidad, quedando atrapada entre el rol que le ha sido asignado y sus propias necesidades personales", confiesa la psicóloga.
Por último, la experta tiene claro lo que podría desembocar en caso de no poder compaginar todos estos terrenos. "Esto podría generar confusión, falta de equilibrio emocional, desconexión, ansiedad, vacío existencial y dificultades para establecer relaciones en el futuro", concluye. De este modo, María Morano ha querido explicar la relevancia que tiene el hecho de encontrar esa estabilidad y los peligros que supondría en caso de no conseguirlo.