El día que el príncipe Guillermo no acudió al responso por Constantino de Grecia todo cambió. El heredero a la Corona se ausentaba sin previo aviso y fomentaba la preocupación por la salud de Kate Middleton. Lejos queda todavía el comunicado con el que la princesa de Gales anunciaría el cáncer que se le ha diagnosticado y el tratamiento que sigue. Guillermo dejó plantada a la Familia Real griega y las especulaciones corriendo de página en página, de post en post. Desde entonces, nada ha vuelto a ser lo mismo.
El príncipe de Gales se encuentra inmerso en una frenética agenda. Tan pronto viaja a Francia por el aniversario del desembarco de Normandía como anima a la selección británica o se traslada fuera de Londres para asistir a varios compromisos. Guillermo pone cierta ‘normalidad’ a sus actividades y trata de suplir la ausencia de la princesa de Gales. No hay planes de que Middleton reaparezca antes de fin de año. De hecho, los menos optimistas han llegado a asegurar que la princesa nunca volverá a mantener el ritmo que ha tenido hasta ahora.
Detrás de los muchos compromisos que ha ido asumiendo el príncipe Guillermo se encuentra un plan más o menos hilvanado desde la propia Corona. La baja de Kate Middleton y las precauciones que debe tomar el rey Carlos III han hecho que Guillermo se vea en una situación para la que no se había preparado. El heredero al trono ejercer de primera figura de Reino Unido tanto dentro como fuera de sus fronteras. Una preparación que coincide con su peor momento personal.
El ritmo frenético del príncipe Guillermo: ¿improvisación o plan trazado?
Esta semana, el príncipe Guillermo volvía a ausentarse de Londres para viajar hasta Cardiff. Un nuevo compromiso que le llevaba a alejarse de su mujer y sus rutinas. Kate Middleton, en pleno tratamiento de quimioterapia preventiva, evoluciona favorablemente. Así se ha encargado de comunicarlo tanto el propio príncipe como la reina Camila. Sin entrar en detalles, ambos han respondido cuando desde los medios o bien los ciudadanos se han interesado por el estado de la princesa de Gales.
Nada evidencia más una correcta evolución que la agenda que mantiene el heredero al trono. Mientras los primeros meses después de la operación de Middleton, el príncipe Guillermo rebajaba su ritmo para poder estar con su familiar, ahora se produce todo lo contrario. El hijo del rey Carlos III no para. Encadena actos e incluso pasa ya noches fuera de palacio. Síntoma, o así se pretende desde Buckingham, de que todo marcha como debe.
Los periodistas especializados en Casa Real británica, aquellos que siguen día a día los movimientos tanto de los reyes como del príncipe, destacan la presión que sufre Guillermo. El cuidado de su familia, la estabilidad de la monarquía y la sustitución de su padre, todo pesa sobre sus hombros. Y además, en el momento más complicado para Guillermo. La enfermedad de Kate Middleton ha supuesto un fuerte shock en privado pero también en público.
La ausencia de la princesa de Gales en apariciones y eventos es una crisis de la que todavía la Corona no ha sabido recomponerse. Kate Middleton es el miembro más querido por los ciudadanos y un valor en alza de cara tanto a los británicos como en el exterior. El propio príncipe Guillermo evidenciaba en una de sus charlas informales que Middleton siempre tiene la palabra y la sonrisa justa y perfecta para cada uno. Y ahora es cuando más se nota.
Los meses de ausencia de Kate Middleton
Cuando Kate Middleton se sometió a una cirugía abdominal, desde Kensington Palace se fijó como fecha de regreso las vacaciones de Pascua. Fue entonces cuando la princesa de Gales quiso salir públicamente para comunicar la enfermedad que le habían diagnosticado. Middleton pidió tiempo y espacio para centrarse en su tratamiento y su recuperación. Comenzaba un largo retiro del que no se ha especificado una fecha de fin. Será el equipo médico de la princesa quien decida el momento de retomar su agenda. No parece que vaya a ser antes de fin de año o principios del siguiente.
Desde los medios británicos se ha rebajado considerablemente la presión sobre la princesa de Gales. Tras la locura vivida con la fotografía retocada que compartió en sus redes sociales y la misteriosa aparición de compras en un mercadillo, se han tomado medidas drásticas. Evitar rumores y especulaciones por el respecto y el cariño hacia la princesa y la situación que atraviesa.
A diferencia de lo que ocurre en Reino Unido, los medios estadounidenses sí han comenzado a recoger testimonios de supuestas fuentes cercanas a los príncipes de Gales. Voces que aseguran que el estado de Kate Middleton no sería tan optimista como se quiere dejar ver. Incluso el portal ’Page Six’ se lanzaba a publicar, según una fuente cercana a la familia, que se baraja que la reincorporación de Middleton no vaya a ser de la misma forma que ha trabajado hasta ahora.
George, Charlotte y Louis, el papel de los hijos de Guillermo y Kate Middleton
No han sido pocas las referencias que durante las últimas semanas ha hecho el príncipe Guillermo sobre sus hijos. Poco acostumbramos estamos fuera de Reino Unido a que desde la propia Casa Real se cuentan anécdotas sobre los más pequeño de la casa. El príncipe de Gales, con toda naturalidad, explicaba que su hija está de exámenes y que desea que todo le salga bien o que su hijo Louis quiso enviar un mensaje a la selección británica para que rindiesen más en el deporte.
La cotidianidad familias de los Gales cobra especial importante durante la baja de Kate Middleton. La princesa pensaba en sus hijos en los primeros momentos en los que tuvo el diagnóstico del cáncer que padece. Su “joven familia” era el centro de su pensamiento en un instante tan impactante. Desde entonces, los pequeños han estado cuidados y arropados por los suyos. Incluso esperaban a que terminase el semestre lectivo para publicar el ya famoso comunicado de la princesa.
En estos meses hemos podido ver al príncipe George ejerciendo de acompañante de su padre en varios eventos. El futuro rey -aunque todavía quede mucho para que eso ocurra- enamora con su expresividad y su espontaneidad ante las cámaras. Justo lo que más necesita una monarquía que ha pasado por momentos muy complicados. La presencia de los hijos de los príncipes es la mejor arma con la que Queta Kensington Palace en estos instantes.