El silencio reinaba después de que las redes sociales se hiciesen eco masivo de unos supuestos tweets de Jaime del Burgo, el que fuese marido de Telma Ortiz, hablando de un hipotético romance con la reina Letizia (51 años) cuando esta estaba ya casada. El escándalo era mayúsculo. La prensa extranjera tardaba unos días en recogerlo mientras aquí se miraba hacia otro lado. Posiblemente, por la poca credibilidad que desprendía todo el asunto. Ni una sola prueba más allá de una fotografía y un supuesto mensaje que Letizia habría escrito a Del Burgo. Más tarde, Pilar Eyre recogía todo en las páginas de la revista Lecturas. La conjura contra Letizia tomaba forma bajo el siempre preciso relato de la periodista.
Eyre rescataba no solo lo ocurrido sino también cómo se había llegado hasta aquí. ¿Qué relación había unido a Jaime del Burgo con la que es su excuñada? La amistad entre el exmarido de Telma y la actual reina es bien conocida. De hecho, habría sido a través de Letizia como se habría conocido la pareja. Del Burgo estuvo presente en los momentos clave de la entonces periodista. Fue compañero y confidente. Fue hasta su asesor antes de firmar las capitulaciones matrimoniales que le ligaban con el entonces príncipe Felipe. Fue incluso testigo de la boda real que cambió todo en la monarquía, en Zarzuela y en todo el país.
La frase que Jaime del Burgo dijo a Letizia cuando no era reina
Como ocurre y ha ocurrido con todas las y los futuros consortes, también Letizia Ortiz tuvo que firmar un contrato antes de casarse con el príncipe Felipe. La entonces periodista dejaba su mundo para entrar a forma parte de la Familia Real y de la institución y su futuro poco tendría que ver con lo que ella se había imaginado. Letizia renunció a su intimidad, a su vida privada -aunque ha intentado mantenerla por todos los medios posibles- y al anonimato. También renunció a su carrera, a su destino y a la vida familiar que tanto le hubiese gustado. Eso sí, ganaba muchas otras cosas, la mayoría inimaginables para el común de los mortales.
Antes de firmar aquellas capitulaciones, Letizia acudió a Jaime del Burgo. “Se conocen desde hace muchos años y Letizia tenía tanta confianza en él que el navarro intervino en la redacción de las capitulaciones previas a su matrimonio”, relata Pilar Eyre en las páginas de la revista Lecturas. “Él fue el autor de la célebre frase: 'A ti te han de dejar mejor que a Lady Di”, recoge la periodista. Una sentencia que ha quedado para la posteridad y forma parte de la historia de Letizia. Los ojos del mundo royal siempre estaban puestos en la que fuese esposa de Carlos de Inglaterra. No en vano, con Lady Di cambió todo.
Letizia firmó, claro. Y en sus capitulaciones, resguardadas de las miradas ajenas, parece recogerse qué ocurriría en caso de un divorcio en el matrimonio. Qué asignación recibiría, qué tratamiento y con quién se quedarían sus hijas. Algo que ahora solo afectaría a la infanta Sofía, ya que Leonor ha cumplido la mayoría de edad. Eso sí, no parece que en los planes de los reyes esté una separación. Por mucho que haya estallado el escándalo, la pareja se sigue mostrando más fuerte y cercana que nunca.
¿Qué se esconde detrás de los supuestos mensajes de Jaime del Burgo?
“En unos momentos muy delicados, en los que el reinado de Felipe está siendo contestada incluso desde las filas monárquicas, ¿sale esta información que lo desprestigia y lo ridiculiza?”. Pilar Eyre se pregunta, como todos, de donde han salido estos mensajes, por qué ahora y por qué justo señalando a la reina Letizia. “Es cierto que en nada afecta a la institución, el rey es Felipe y Leonor es mayor de edad, pero ¿no creen ciertos sectores de la ultraderecha que Letizia es de izquierdas y maneja a su marido como quiere?”.
Era el periódico 'The Telegraph' quien señalaba, por primera vez, al rey Juan Carlos y su entorno como posibles mentes pensantes detrás del complot armado contra la reina. La enemistad que existe entre el emérito y Letizia es algo que no pasa desapercibido. Letizia no se ha esforzado en guardar apariencias en las escasas ocasiones en las que ha coincidido con su suegro en los últimos tiempos. La reina tiene muy claro que la ejemplaridad dista mucho del comportamiento del que fuese jefe de Estado y no quiere que se le vincule con su familia.
“Un grupo de nostálgicos, amigas y amigos de la infancia, algunos catalanes, que no se han sentido bien tratados por Letizia, ciertas personas muy activas en otra época, alguna aristocracia de viejo cuño, han unido sus fuerzas para lograr que estos mensajes de Jaime del Burgo lleguen a cada rincón de la geografía española”, apunta Pilar Eyre en su columna para la revista Lecturas. Y juntándolo con la información que maneja la prensa extranjera, parece que blanco y en botella. Las aguas llegan revueltas a Zarzuela. Veremos qué ocurre.
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