El momento 'tierra trágame' de Charlene de Mónaco que ya vivió también la reina Letizia

Charlene de Mónaco acaparó todas las miradas en la 68º edición del Baile de la Rosa, acto solidario al que ha vuelto una década después

Rebeca Alonso

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 25 de marzo de 2024, 12:53

Cordon Press
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Ha tenido que pasar una década para volver a ver a Charlene de Mónaco (46 años) en el Baile de la Rosa. Cada año, Carolina de Mónaco (67 años) reúne a toda su familia en el Sporting Monte-Carlo para celebrar una velada única con fines benéficos para la Fundación Princesa Grace que preside. Bajo la dirección creativa de Christian Louboutin, la temática de esta edición era 'disco' y sus protagonistas seguían el dresscode a rajatabla con el brillo y las lentejuelas en todo su esplendor.

Con permiso de la propia Carolina, Carlota Casiraghi y Beatrice Borromeo, Charlene se convertía en la gran estrella de la noche. Su presencia no estaba confirmada de ahí la sorpresa al verla lucir su mejor versión para apoyar la iniciativa de su cuñada. 

Charlene de Mónaco arrasa con un mono de paillettes

Solo hay que ver las imágenes de Charlene para comprobar que se encuentra en un gran momento. Para la ocasión, la princesa de Mónaco brilló (literalmente) gracias a un favorecedor mono de Elie Saab. Se trata de un diseño de pasarela que pertenece a la última colección del diseñador libanés y que la sudafricana modificó para adecuarlo a la perfección a su silueta y la temática de la fiesta. 

El mono original presenta una imponente capa que Charlene decidió eliminar y también cerró el escote. ¿El resultado? Un mono de inspiración sesentero plagado de lentejuelas doradas con pantalón de campana y cinturón a juego que le sentaba a las mil maravillas. 

Palais du Monaco

Para completar su look de fiesta, Charlene optó por complementos muy discretos y elegantes, un par de pendientes largos de diamantes y un clutch rígido a juego con el traje. Disponible en la página web de la firma por un precio de 7.498 euros, se trata de una pieza de lujo que podría marca la diferencia con el resto de invitados. Pero no fue así... 

El momento 'tierra trágame' de Charlene de Mónaco en medio de la fiesta

Una de las invitadas a la fiesta coincidió con el mismo diseño de Charlene de Mónaco pero en distinto color. La aristócrata Antonella de Orleans-Borbón acudió junto a su hija Eulalia, y tal y como se puede ver en la imagen lució el mismo mono de Elie Saab aunque en un llamativo color turquesa y rosa. En su caso, no cambió ni un ápice del diseño original, mantuvo la capa y el pronunciado escote en V. 

Los cambios que hizo Charlene en su mono le llevaron a lucir un look único, de ahí que este momento pasara casi inadvertido para todos. 

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Esta no es la primera vez que una royal vive este incómodo momento en un acto público. Sin ir más lejos, la reina Letizia tuvo que sortearlo hace dos años durante la reunión del Consejo del Real Patronato sobre Discapacidad cuando vio a una de las premiadas con el mismo vestido de Mango que ella había elegido para esa ocasión. Fiel a las firmas low cost, lo que es de extrañar es que este tipo de situaciones no se repitan más a menudo. 

De Carlota Casiraghi a Beatrice Borromeo: las mujeres Grimaldi se alzan como las más elegantes de la noche

El brillo y los colores metalizados fueron la elección de todas las mujeres Grimaldi, quienes cada una en su estilo se alzaron como las mejor vestidas de la noche. 

Carolina de Mónaco, anfitriona de lujo con un sofisticado vestido de lentejuelas en color negro. Un diseño de manga larga, pronunciado escote en V y transparencias que confirmó que pese al paso del tiempo es una de las mujeres más elegantes del mundo. A su lado, su hija Carlota Casiraghi. En medio de rumores de separación de Dimitri Rassam, derrochó estilo con un precioso vestido de seda de Chanel con cuerpo de pedrería y una sugerente apertura frontal. 

Palais du Monaco

Beatrice Borromeo tampoco defraudó. Fiel a Dior, la mujer de Pierre Casiraghi estaba sensacional con un vestido dorado de corte amplio y escote cuadrado repleto de flecos hechos de paillettes. La más discreta, como viene siendo habitual fue Alexandra de Hannover. La pequeña de los Grimaldi optó por un vestido palabra de honor de Celine, un modelo que destacaba por su romántico lazo a modo de cinturón. 

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