La llegada de Meghan Markle (42 años) a Düsseldorf (Alemania) con motivo de la celebración de los Juegos Invictus le ha robado todo el protagonismo al príncipe Harry (36 años) y él no puede estar más orgulloso. Después de asistir a la tradicional cena para familiares y amigos, el matrimonio ha reaparecido este miércoles en la jornada deportiva que ha tenido lugar en el Merkur Spiel-Arena.
Como dos seguidores más, Meghan y Harry se colocaban en la grada desde donde han animado con fervor a los participantes. Si bien anoche recurrió a un sobrio vestido camisero de largo midi en color negro, hoy ha apostado por un conjunto cargado de tendencias que es pura inspiración de cara a los meses de otoño.
Meghan Markle, ideal con el mix de shorts y zapatos planos que es inspiración para el otoño
Meghan Markle ha presumido de piernas con unas bermudas de color arena confeccionada en lino que combinaba de una forma acertadísima con un top de color negro con escote redondo y una chaqueta de punto de J Crew con ribete negro y botonadura dorada a juego, disponible en la web de la firma americana por 180 euros.
Si el conjunto en sí no tiene un fallo, los complementos que ha elegido lo elevan a lo más alto. La duquesa de Sussex realzaba su silueta gracias a un cinturón de piel negra de Givenchy y se calzaba unos lujosos slingbacks de Chanel, un modelo beige con la puntera redonda negra que hace unas semanas veíamos a Carlota Casiraghi y que ya se han convertido en un éxito de ventas para la maison francesa.
Con respecto a las joyas, Meghan ha estrenado unos carísimos pendientes repletos de diamantes en forma de hoja que pertenecen a la firma Anita Ko Jewerly y cuyo precio es de 9.500 euros. Tampoco faltaba su clásica pulsera de oro de Cartier y su reloj, también de oro, así como su alianza de casada.
Meghan Markle y el príncipe Harry, inseparables en los Juegos Invictus 2023
A diferencia de Kate Middleton y Guillermo, quienes rara vez intercambian gestos de cariño en sus apariciones públicas por estricto protocolo, Meghan y Harry siempre se han mostrado muy unidos ante las cámaras.
El matrimonio accedía a la sala abarrotada de gente compartiendo confidencias y sin soltarse de la mano, un gesto de afecto y unión muy habitual en ellos con el que confirman que no hay ni rastro de crisis en su relación.
Los duques de Sussex permanecerán en Düsseldorf el resto de la semana por lo que será habitual verles compartir tiempo con los participantes. Será de cara al fin de semana cuando regresen a California para reencontrarse con sus hijo y no, no está previsto que hagan una parada en Londres, detalle que deja entrever la brecha insalvable que existe con los miembros de la familia real británica.
La última vez que Meghan Markle pisó Reino Unido fue hace justo un año, con motivo de la muerte de Isabel II. Desde entonces ni está ni se la espera...