Meghan Markle (42 años) ya está en Alemania para presidir los Juegos Invictus 2023, eso sí, lo ha hecho unos días después de su marido, el príncipe Harry (37 años). La expectación era máxima y no ha defraudado...
Los duques de Sussex han sido acogidos de una forma muy calurosa y no dudaban en subir al escenario durante la tradicional cena que se organiza para amigos y familiares de los participantes, momento en el que Meghan cogió el micrófono y pronunció un aplaudido discurso en el que no se olvidó de sus hijos, Archie y Lilibet.
La mujer del príncipe Harry se disculpó por "llegar tarde a la fiesta" al mismo tiempo que explicó con su característica amabilidad que había estado "acoplando" a los pequeños antes del primer día de colegio.
A lo largo de todo el acto, Meghan y Harry se mostraron muy unidos y cómplices, lo que confirma que no hay ni rastro de crisis entre ellos. Todo lo contrario, el matrimonio ha alcanzado la tranquilidad que buscaban tras su salida de la Casa Real británica y no pueden ser más felices.
Tras el discurso de Meghan fue el turno de Harry que tiró de sentido del humor. Aunque en un principio no es habitual que los duques de Sussex defiendan a uno y otro equipo, el hijo pequeño de Lady Di reveló que esta vez será diferente. "No estoy diciendo que tengamos favoritos en nuestra casa... pero como mi mujer descubrió que es de ascendencia nigeriana, es probable que se vuelva un poco más competitivo este año", bromeaba ante la mirada divertida de Meghan.
La sobriedad de Meghan Markle con un vestido camisero de color negro
Son escasas las veces en las que Meghan Markle se deja ver públicamente, de ahí que en cada una de estas oportunidades sea mirada con lupa. Para la ocasión y a pesar de que se trataba de un acto distendido, la duquesa de Sussex ha apostado por la sobriedad de un vestido camisero de largo midi en color negro.
Cómodo, discreto, elegante y favorecedor, así es el diseño que ha estrenado para su reaparición pública ante las cámaras después de meses refugiada en su casa de Montecito. Se trata de una creación de la firma Banana Republic que destaca por la falda plisada en forma de A, un escote camisero clásico y mangas que llevaba remangadas.
Sin sorpresas en cuando a los complementos, acentuó su silueta con un cinturón fino de Bottega Veneta y se calzó unos altísimos salones negros de Aquazarra. Con respecto a las joyas, Meghan optó por su clásico reloj, un conjunto de pulseras, un anillo que lucía en su dedo meñique y unos discretos pendientes que quedaban al descubierto sobre su melena ligeramente ondulada.
Meghan Markle habla de sus hijos, Archie y Lilibet
Con micrófono en mano, la duquesa de Sussex se disculpó por faltar a la ceremonia de apertura. ¿El motivo? Sus hijos, Archie y Lilibet. Según reveló la exactriz, se quedó unos días más en Los Ángeles para mantener "tranquilos" a los pequeños de cuatro y dos años respectivamente y acompañarles en su primer día de colegio.
Esta no fue la única referencia que Meghan hizo sobre sus dos hijos. Se mostró tan emocionada, que advirtió que muy pronto estarán acompañados por los pequeños. "Estamos ansiosos por traer a nuestros niños para que puedan experimentar lo maravilloso que es esto", concluía no sin antes animar a todos los presentes a disfrutar al máximo de los juegos. "¡Por una semana fantástica! Que lo paséis genial, os estaremos animando".
Con la llegada de Meghan Markle a los Juegos Invictus, no sería de extrañar que las apariciones conjuntas del matrimonio se multipliquen en los próximos días