“Me han contado que la reina Sofía no duerme ni come y llora mucho”: Pilar Eyre aclara la realidad de la emérita

Pilar Eyre ha revelado en en las páginas de la revista Lecturas la realidad que vive la reina Sofía en la actualidad

José Confuso

Director digital de Lecturas

Actualizado a 19 de octubre de 2024, 21:26

Garófano
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“¡Las mujeres de esta familia nunca han sido felices!”. Si hay alguien que sabe de lo que ocurre realmente en la Casa Real, esa es Pilar Eyre. La periodista y escritora ha narrado en primera persona mucho de lo que ha rodeado a los Borbones desde hace décadas. Tanto sus monografías como sus artículos en prensa son punto clave para entender la Corona española de antes, de ahora y, por supuesto, del futuro.

Era Eyre quien destapaba el papel que jugaba el rey Juan Carlos en la gestión de los posados de Bárbara Rey en la revista 'Interviú'. El monarca levantaba el teléfono para que la vedette volviese a protagonizar una portada y cobrase el doble de lo habitual. Una piedra más en el enorme escándalo que ha puesto en jaque tanto a la Corona como al futuro de la monarquía. Los ojos del mundo están puestos en las muchas conversaciones que está publicando 'Okdiario'. Un retrato que desconocíamos.

Pero, ¿y la reina Sofía? La emérita ha aparecido en público tras el escándalo. Casa Real ha dado un paso al frente para situar a la reina Sofía como valor seguro y reivindicar su figura ante el declive del rey Juan Carlos. Serie y firme, la emérita hacía gala de esa profesionalidad que siempre se le ha aplaudido para salir con la cabeza bien alta. Eso sí, en la intimidad, como apunta Pilar Eyre en las páginas de nuestra revista, todo es distinto.

“Ni duerme ni come”

“Cuando Jaime Peñafiel le preguntó a la mujer de Alfonso XIII, la inglesa Victoria Eugenia, a la que llamaban Ena, qué recordaba de España, dijo con cierto rencor, “a mí los españoles nunca me han querido, he sido una reina muy desgraciada”. Quizás lo mismo diría Sofía si algún día se atreviera a abrir su corazón”, escribe Eyre en el último número de la revista Lecturas. “Su situación, como la de su nuera, en estos momentos también es preocupante: me han contado que no duerme ni come, y llora mucho. ¡Y es que las mujeres de esta familia nunca han sido felices!”.

“A doña María, la madre de Juan Carlos, la muerte de su hijo Alfonsito la llevó a la depresión y el alcoholismo, Cristina y Elena han tenido una vida íntima muy desdichada, la infanta Margarita se ha visto privada desde su nacimiento del sentido de la vista y la otra hermana de Juan Carlos, doña Pilar, respondió cuando le preguntaron poco antes de morir si volvería a vivir su vida: “¡no, por Dios, ha sido todo demasiado duro!” Ena resumía: “¡no se puede luchar! ¡es una maldición!”. Cambiemos las cosas antes de que sea demasiado tarde”.

La situación de la reina Sofía es compleja. La emérita, conocedora a la perfección de los devaneos de su marido, está viendo como todo el mundo puede escuchar ahora al rey Juan Carlos hablando de ella. También de sus hijas Elena y Cristina y de su hijo Felipe. Los trapos sucios de la Corona en directo y contados por el que fue jefe de Estado a su amante. Un escándalo de proporciones enormes y que, claro, ha terminado afectado también a la emérita.

Volcada en su hermana

Sofía vive ahora pendiente de su hermana, Irene de Grecia. La hija de la reina Frederica pasa por un momento delicado de salud. También lo hace su otra gran confidente, su prima Tatiana. Ambas aparecían en silla de ruedas este pasado verano en una de las cenas de la Familia Real en Palma de Mallorca. Irene y Tatiana han sido desde su juventud los grandes apoyos de la reina Sofía. No dudaron en dejarlo todo para estar siempre a su lado.

La reina cumple su papel institucional con devoción y se mantiene al margen de todo lo que ocurre. Es su hijo Felipe y la reina Letizia quienes deben atender a los problemas actuales por los que pasa la Corona. Sofía se encarga de acudir a los eventos a los que se le asigna y vive centrada y preocupada por su familia. Hemos visto que la emérita ha viajado con asiduidad a Grecia para acompañar a su cuñada, Ana María, tras la muerte de su hermano Constantino.

La relación de la reina emérita con su familia griega siempre ha sido buena y cercana. Sofía tenía en su hermano Constantino un espejo en el que mirarse. Sus viajes a Londres cuando este vivía allí eran también habituales. Los hermanos de la reina emérita fueron su gran apoyo en cuanto supo de la vida del rey Juan Carlos. También su madre, la reina Federica, que tampoco dudó en instalarse en España para estar con su hija. La cara B de la monarquía.

El reflejo en la reina Letizia

Como expresaba Pilar Eyre en la revista Lecturas, Letizia vive actualmente 'la soledad de la reina'. Se evidenció durante el desfile del 12 de octubre. La reina apartada de todos, resguardándose de la lluvia mientras su marido discutía con las autoridades. Su hija Leonor se acercaba para arroparla. Son ya constantes los gestos de la princesa de Asturias hacia su madre. La hija mayor de los reyes está muy pendiente de ella. La abraza, la arropa, hace todo para que su madre se sienta parte de la familia. Pero, ¿qué pasa con la reina Letizia?

Los movimientos de la Casa Real han dejado el cordón sanitario que Letizia había puesto algo destensado. El acercamiento a la infanta Cristina por parte del rey Felipe -siempre en ausencia de Letizia- y, sobre todo, la visita del rey Juan Carlos a la princesa Leonoe en la Escuela Naval de Marin justo en el peor momento de su escándalo con Bárbara Rey han sido de detonante. La imagen de Letizia vuelve a ser de ausencia, de no contar nada en la familia, como si todo volviese a ser como hace veinte años.

La reina ha dejado de pisar fuerte y marcar el ritmo a que sean los demás los que lo hagan por ella. Eso sí, sigue brillando en sus actos en solitario, en sus discursos y en su forma de comunicar. Hay quien apunta a que es todo una estrategia para eclipsar todo lo que está saliendo del reinado de Juan Carlos. Que se hable de Felipe y de ella y no de los escándalos y polémicas del hoy emérito. Sin duda, surte efecto.

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