Máxima muestra su faceta más romántica con un vestido de gala

La reina de Holanda clona un look de hace dos años, con joyas y peinado incluidos, derrochando elegancia y concienciación

Actualizado a 12 de septiembre de 2019, 16:14

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La reina Máxima vuelve a deslumbrar, y tras una semana repleta de actos sociales, tanto diarios como nocturnos, no es sencillo acertar en todo momento con los atuendos escogidos.

Pero ella lleva innatos el estilo y la elegancia. No hay prenda que se le resista: faldas en todos sus cortos, monos, vestidos largos, grandes pamelas, tocados, modelos más informales... La monarca triunfa siempre allá donde va, con su sonrisa y simpatía siempre como los complementos más acertados.

Hace unas horas, Máxima asistía, de la mano de su marido el rey Guillermo, a una cita en el palacio Noordeinde de La Haya para reunirse con los miembros del Consejo de Estado. Para el evento, el que el rey de los Países Bajos optó por un tradicional esmoquin negro al que sumó camisa blanca y pajarita.

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Por su parte, la reina optó por un look reciclado que ha dado mucho que hablar. Se trata de uno de los vestidos más románticos que ha lucido en los últimos años, un modelo que estrenó en 2017 y que ha vuelto a sacar del armario demostrando que el tiempo no pasa para ella. Con las mismas joyas y el mismo peinado, Máxima ha deslumbrado con este diseño firmado por Luisa Beccaria, diseñadora del look nupcial de Lady Gabriella Windsor.

La delicada creación cuenta con un discreto escote en 'V', mangas acampanadas tipo capa y falda larga evasé. Añade además un lazo a modo de cinturón para entallar su silueta. Todo ello se ha realizado combinando tejidos semitransparentes con estampados en tonos azules y florales, en un juego de tejidos que hacen aún más maravilloso este modelo.

Para completar el estilismo, Máxima ha vuelto a optar por las joyas que lució dos años atrás: un maxicollar de pedrería a tono con el vestido, pendientes colgantes a juego y un gran anillo con piedra en color tinta. En este caso, en lugar de un bolso de mimbre en tono neutro, se ha decantado por otro en tonos azules, así como por un fular nude que llevó en la mano por si pudiera necesitarlo en algún momento.

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Fue en 2017 en cuando la reina lució por primera vez esta pieza tan especial. Concretamente para asistir a una gala en el centro benéfico que lleva su nombre, en el que también optó por dejar su rubia melena suelta, peinada con raya a un lado y ondas con volumen. En las imágenes podría decirse que se trata del mismo momento. Únicamente el tono del labial de Máxima nos desvela que se trata de actos diferentes que, aunque no lo parezca, distan dos años de diferencia.

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