El rojo es el color estrella del invierno y Máxima de Holanda (52 años) está encantada de que así sea. Solo unos minutos después de que la reina Letizia reapareciera en Madrid con su atractivo traje de Carolina Herrera, la mujer del rey Guillermo hacía lo propio en La Haya. Considerada la reina del colorful, la argentina ha retomado sus compromisos oficiales con motivo de la celebración del quinto aniversario de SchuldenlabNL, que tiene como objetivo liberar a los ciudadanos de los Países Bajos de sus deudas y así fomentar el ahorro.
Para la ocasión, Máxima ha rescatado uno de sus vestidos más elegantes, un diseño ajustado de Dolce&Gabanna que bien podría estar inspirado en la reina Letizia (51 años). No es ningún secreto que el rojo es el color fetiche (o al menos lo era) de la mujer de Felipe VI, un éxito asegurado en cualquier acto que se precie.
Se trata de un modelo que pertenece a la colección otoño-invierno 2017/2018 y que destaca por su simplicidad y versatilidad, y es que por mucho que pase el tiempo siempre será una apuesta segura porque nunca pasa de moda. El vestido, de manga larga y largo midi, presenta el cuerpo ajustado con un coqueto bordado en cuello, cintura, muñecas y bajo, y cuando salió a la venta tenía un precio de 1.700 euros.
En esta ocasión, ha ido a lo seguro creando un contraste muy elegante con complementos en color burdeos. Salones de Gianvito Rossi de ante a juego con el bolso de mano y capa abrigo que ha acaparado buena parte del protagonismo a su llegada al evento. Tampoco faltaban unos maxi pendientes que ponían la guinda a un estilismo que bien puedes llevar al trabajo o al evento más especial
Apasionada de las capas por su comodidad y sofisticación, Máxima ha completado su look con un espectacular diseño de lana y cashmere en tono burgundy de Natan. Una prenda de lujo que tiene la capacidad de transformar cualquier look y que ha llevado en infinidad de ocasiones desde que la estrenara en marzo de 2021.
El guiño de Máxima de Holanda a Mary Donaldson en medio del escándalo
Ha llamado la atención que de entre todas las opciones de su fondo de armario, Máxima haya recurrido a un vestido que comparte con Mary Donaldson desde hace más de seis años. Un guiño estilístico en un momento en el que la australiana está en el foco de la polémica por las imágenes que Lecturas publicó en exclusiva donde el príncipe Federico aparecía paseando por Madrid junto a Genoveva Casanova.
Este diseño es un must have entre la realeza (y no nos extraña), y es que además de Máxima y Mary, también Mette-Marit cuenta con un ejemplar en su vestidor. De hecho, fue la mujer de Haakon de Noruega la primera que lo estrenó.