“Era incomprensible”. Clara y llanamente. El papel que ha jugado la reina Sofía en el verano de la Familia Real en Palma de Mallorca ha estado más cuestionado que nunca. Y no por la actitud de la emérita. Más bien han sido las decisiones que se han tomado sobre ella. Una vez los reyes Felipe y Letizia y sus hijas Leonor y Sofía pausaron sus actividades en los Juegos Olímpicos de París, aprovecharon para salir a cenar al centro de Palma de Mallorca. Como siempre, la reina Sofía, junto a su hermana Irene de Grecia y su prima Tatiana, les acompañaron.
No era la primera vez que veíamos a la reina emérita. Ya estuvo con su hijo y su nuera en la recepción que los reyes ofrecen en Marivent a la sociedad balear. Pero no fue hasta el paseo de esta misma semana cuando saltaron las alarmas. La reina Letizia salía con sus hijas y la reina Sofía a hacer unas compras. A las 4 de la tarde, en pleno mes de agosto y en ola de calor. Las altísimas temperaturas pasaban factura a la reina emérita, que llegaba a tener que detenerse a punto del vahído. ¿A quién se le ocurrió semejante imprudencia?
Ahora ha sido la periodista Mariàngel Alcázar, experta en Casa Real, la que se ha pronunciado sobre el asunto dejando muy clara su postura y definiendo lo que se ha hecho con la reina Sofía en Palma de Mallorca con una única y dura palabra.
Los problemas de la reina Sofía en Palma de Mallorca
Ha sido el primer año en el que hemos podido ver las dificultades a las que se enfrenta la reina Sofía. Si bien, los ojos tanto de la Familia Real como de sus allegados están puestos en la delicada salud de Irene de Grecia, tampoco su hermana ha pasado por su mejor verano. La reina Sofía ha acompañado a su hijo y su nuera en todas las salidas que se han efectuado en Palma de Mallorca. Siempre se ha dejado claro que las semanas en Marivent son unas de sus favoritas del año y que la reina emérita es feliz en la isla.
La reina no dudaba en prestarse a la salida de compras con la reina Letizia y sus hijas Leonor y Sofía. Era la princesa de Asturias la que conducía su coche hasta el centro y se dedicaban a dar un paseo y acudir a un par de comercios. ¿El problema? Que la salida, habitualmente programada para la tarde-noche, se realizó a las 4 de la tarde. La explicación apuntaba a que es una hora menos concurrida y más fácil para manejarse y dejarse ver pero las altas temperaturas aconsejan los contrario.
“La reina Sofía está dispuesta a todo, siempre lo ha hecho pero tiene 85 años”, explicaba la periodista Mariángel Alcázar en el programa 'Vamos a ver'. “Este verano doña Sofía lo ha pasado mal, tuvo que salir de la recepción, pasó por mi lado y la vi al borde de la lipotimia”. El calor que lleva afectando a todo el país desde principios de mes, unido a la edad ya avanzada de la reina emérita han hecho temer por su estado. No hay que olvidar que la reina Sofía ya sufría un ingreso hace poco debido a una infección de orina. Aunque su salud sea fuerte, una salida después de comer era poco aconsejable. “Sacar a la reina Sofía a las 4 de la tarde, no sé, era incomprensible”, zanjaba la periodista.
La preocupación de la princesa Leonor por su abuela Sofía
Durante el paseo para ir de tiendas, pudimos ver a la reina Sofía teniendo que detenerse para coger aire. Algo mareada, la reina emérita se daba un poco de aire antes de continuar. A su lado, la princesa Leonor miraba espantada. La hija mayor de los reyes Felipe y Letizia se preocupaba por su abuela. Es habitual ver a las jóvenes ayudando a sus mayores en todo momento. Sea prestándoles su brazo para apoyarse o llevando la silla de ruedas de Irene de Grecia y de Tatiana Raziwill, prima dela reina emérita.
A pesar de las decisiones tomadas desde Casa Real, poco comprensibles para todos, la reina Sofía no ha dudado en acompañar a su familia en todo momento. De hecho, poco antes viajaba hasta Grecia para el entierro de su tío Miguel y está previsto que acuda a París para la clausura de los Juegos Olímpicos en representación de la Corona española. A sus 85 años, la agenda de la reina emérita sigue más llena que nunca. Aunque el delicado estado de su hermana Irene han hecho que la emérita también se resienta.
El fallecimiento de su hermano Constantino dejaba a la reina muy afectada. También el ictus que sufría su prima Tatiana, su gran amiga y confidente, y del que está recuperándose todavía. No han sido los mejores meses para la madre del rey Felipe. Eso sí, no ha descuidado sus obligaciones institucionales en ningún instante.
La infanta Cristina, pendiente de su madre
Aunque estas semanas hemos visto a la reina Sofía acompañada de su hijo Felipe, no suele ser habitual. El rey, siempre marcado por su agenda, comparte espacio en público con su madre cuando así lo marca el deber. Ha sido más habitual ver a la reina emérita acompañada de su hija Cristina. Mientras la infanta Elena es quien recibe al rey Juan Carlos en sus viajes a España y la que se encuentra más cercana al emérito, parece que es Cristina quien se ocupa de su madre. También hay que tener en cuenta que ahora sus hijos Irene y Miguel residen en Zarzuela junto a su abuela.
Sofía ha podido pasar este verano unos instantes de esos que hacía mucho que no vivía. Ante la ausencia de la reina Letizia, que se encontraba en París, la reina emérita compartía casa de verano con su hijo Felipe, dedicado al torneo de vela. Madre e hijo juntos y solos. La reina siempre tuvo especial atención por el entonces príncipe heredero, mucho más que por sus hijas Elena y Cristina. Era el niño de sus ojos y quien iba a garantizar la supervivencia de la Corona.
Sin salidas en público -que tampoco hubiesen sido tan extrañas- pero pasando tiempo en la intimidad, la reina Sofía volvía a ejercer de madre. No duró muchos días, pues la reina Letizia pasó cuatro jornadas en Francia para regresar de nuevo a Mallorca. Fue entonces cuando la Familia Real salió al completo. La única vez que les hemos visto juntos este verano y, por lo que parece, la única vez que les veremos.