Aunque el matrimonio entre la infanta Cristina (58 años) e Iñaki Urdangarin (56 años) no fue a buen puerto, el amor toca con ímpetu a las puertas de sus vástagos. Ellos, más que dispuestos a disfrutar de un idilio, parecen encantados de abrirlas de par en par y entregarse al romanticismo. Basta con revisar las últimas noticias sobre el noviazgo entre Irene Urdangarin (18 años) y Juan Urquijo (25 años). El hecho de que el cuñado de José Luis Martínez-Almeida (49 años) sea quien ocupa el corazón de la sobrina de Felipe VI no ha pasado inadvertido. Más teniendo en consideración que el alcalde de Madrid acaba de casarse con Teresa Urquijo (27 años) y al enlace no faltaron personalidades 'royal' tan destacadas como el mismísimo Rey emérito.
La cuestión es que no es ella la primera de la nueva generación de Borbones que habría encontrado pareja. De hecho, el caso de su hermano Pablo Urdangarin (23 años) es bien conocido por todos desde hace ya algún tiempo. El nieto de Juan Carlos I no solo triunfa en el balonmano como jugador del histórico BM Granollers, sino que puede presumir de haber encontrado a una mujer con la que compartir su vida. Más de un año hace que el deportista comenzó a salir con Johanna Zott. Una joven con la que no solo comparte la edad, ya que sus intereses confluyen en muchos aspectos y el tiempo lo ha demostrado. Eso y que es, sin lugar a dudas, su mayor fan.
Johanna Zott, la 'médica' que ha enamorado a Pablo Urdangarin
El tiempo ha pasado y ahora la prensa ansía conocer a las parejas de esta nueva tanda de la estirpe. Basta con revistar la expectación que despierta la mera posibilidad de que Leonor se enamore de alguien en algún momento. Y sin el peso de ser el futuro Rey, como le sucede a su prima, la realidad es que la relación entre Pablo Urdangarin y Johanna se ha servido como algo relativamente orgánico. Con el indiscutible interés y la curiosidad por saber quién es la chica que ha conseguido 'robarle el corazón' al hijo más elogiado de la infanta Cristina, claro está. Pesquisas periodísticas y populares que han servido para que, dentro de la discreción, no jugar a esconderse —aunque esa fuera la intención de Pablo en primera instancia— se traduzca en una definición precisa del perfil de la que hasta hace muy poco era una desconocida.
Zott es de origen alemán, deportista y estudiante. Dos cuestiones que remiten de forma directa al estilo de vida de su chico. Los más observadores de la Corona y su entorno sabrán que el sobrino del Rey se dedica al deporte de forma profesional. En la misma disciplina que su padre, además, y ambos han pasado por las filas de la sección de balonmano del FC Barcelona. Es precisamente esta una forma de juego que recuerda al deporte que practica Johanna, y es que la nuera de Iñaki Urdangarin juega al voleibol en el equipo Voley Esplugues, de categoría Senior B. Sea como fuere, por ahora parece estar más centrada en lo académico. Después de pasar por el prestigioso Liceo Francés de Barcelona, donde también estudiaba Pablo, la joven tomó la decisión de matricularse en la carrera de Medicina.
Un grado universitario largo que requiere de mucha concentración y dedicación. También vocación, que probablemente haya heredado de su madre, que es médico. En contraposición, su padre se dedica a la enseñanza y trabaja como profesor en una prestigiosa escuela de negocios de la ciudad condal. Ambos vinieron Sea cual sea el oficio de los Zott, desde los medios se los ha definido en reiteradas ocasiones como una familia acomodada. Sin ir más lejos, el hecho de que Pablo se quede a dormir en casa de su chica de forma recurrente sirvió para conocer que sus suegros viven en una gran propiedad. Una casa de varias plantas a los cuatro vientos con su jardín privado y su piscina en una distinguida zona a las afueras de Barcelona.
La entrañable relación de la infanta Cristina con su nuera
El hecho de que Johanna curse un grado universitario tan demandante también conlleva muchos sacrificios. Más teniendo en consideración que uno de los últimos cuatrimestres de la carrera lo ha pasado viviendo en la ciudad de Múnich, en Alemania, gracias a una beca Erasmus. El caso es que ni los estudios ni la distancia parecen haber sido un impedimento para que su amor se consolide. Ambos han construido un vínculo férreo, y ella no dudaba en volver a Barcelona para verlo siempre que tenía oportunidad. Asistente casi fija a los partidos de Pablo. También una de las hinchas más activas de la grada, aunque su suegra le haga la competencia.
La competencia más sana posible, cabe destacar. Y es que si por algo han destacado las interacciones de Zott y la infanta en las ya incontables ocasiones que se han dejado ver juntas, es por su excelente trato. No hace falta escuchar sus conversaciones para darse cuenta de que tienen una muy buena relación y no hay ninguna necesidad de ocultarlo. Cristina adora a su nuera, comparte con ella miradas cómplices y encuentra en ella un apoyo ideal en momentos tan emocionantes como ver a su hijo en el terreno de juego. Justo cuando se cumplen cuatro meses desde que firmó el divorcio y ahora que la hermana de Felipe VI hace efectiva su etapa de soltera. Qué mejor momento para tener un nuevo ojito derecho.