Charlene de Mónaco aparece por Santa Devota con nueva imagen estética

La Familia Real al completo ha presidido la que es una de las citas más importantes en el calendario del Principado, con los pequeños Jacques y Gabriella como protagonistas

Actualizado a 27 de enero de 2020, 15:03

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El Día de Santa Devota es una de las citas más importantes en el calendario de Mónaco, y la familia Grimaldi nunca falla al encuentro, con Charlene incluida. A pesar de que la esposa del príncipe Alberto dejó claro cuando contrajo matrimonio que ella no sería una princesa "al uso", lo cierto es que, a petición de su marido, hay dos citas a las que no falta: una es el baile de la Cruz Roja, que tiene lugar durante el mes de julio; la otra, las fiestas de la patrona del Principado.

Y este mismo domingo tenía lugar el inicio de Santa Devota, con la Familia Real de Mónaco al completo presidiendo el evento: el príncipe Alberto y su esposa, Charlene, y los dos hijos de la pareja, Jacques y Gabriella, de cinco años de edad. Los mellizos, como era de esperar, volvieron a acaparar todas las miradas con sus simpáticos y tiernos gestos, entre los que destacaba un abrazo mutuo que se dieron en mitad de la celebración.

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Sin embargo, Charlene también despertó el interés de los asistentes por un detalle importante en su imagen. Desde comienzos de año cuando protagonizaba junto a Alberto II un vídeo felicitando las fiestas a los monegascos, la princesa no ha vuelto a ser vista. Casi un mes más tarde, su aparición pública deja a la vista los últimos retoques en su rostro.

Tras casi nueve años como princesa, la exnadadora olímpica ha pasado una "metamorfosis" tras varios perfeccionamientos estéticos, y ha sido en esta última aparición donde se han vuelto a ver algunos cambios en el aspecto Charlene. A sus recién estrenados 42 años, la cuñada de Carolina de Mónaco ha hecho acto de presencia en Santa Devota con un rostro más redondo y pleno, con los labios más voluminosos, la piel más tersa y brillante.

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Este tipo de "arreglos" no son novedosos para ella. Apenas queda algo natural en su cara desde que la conocimos como novia de Alberto II, siendo aún una nadadora. Desde entonces, la princesa se ha sometido a una rinoplastia, rellenos de ácido hialurónico, bótox y un largo etcétera con el que ha conseguido una imagen más angelical y perfeccionada.

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