Así es la lujosa mansión de Carolina de Mónaco en el corazón del principado: una enorme biblioteca, un jardín floral con piscina y vistas impresionantes

Carolina de Mónaco cumple este 23 de enero 68 años en su lujosa mansión alejada de la atención mediática. Muy luminosa, una biblioteca gigantesca y un jardín espléndido son algunas de las zonas que forman parte de su hogar.

Jara Bravo
Jara Bravo

Redactora digital de Lecturas

Carolina de Mónaco
GTRES

Carolina de Mónaco siempre ha sido un pilar fundamental para la Casa Real de Mónaco. Desde muy pequeña, la hija de Rainiero y Grace Kelly adoptó su papel como princesa del principado. Una responsabilidad que se acentuó tras el trágico fallecimiento de su madre. Sin embargo, la madre de Carlota Casiraghi nunca ha disfrutado de la atención mediática que rodeaba a su familia. Una cosa era mantener la dignidad y protocolos de su familia y otra que disfrutara de que cada detalle de su vida privada saliera a la luz. 

Es por eso que, desde hace ya varios años, Carolina decidió poner algo de distancia y se trasladó a la villa Le Clos-Saint Pierre, una impresionante mansión en la que la princesa se esconde de los focos. Un refugio donde la hermana del príncipe Alberto cumplirá 68 años este mismo 23 de enero sin sentir centenares de miradas sobre ella.

Situada en Mónaco Ville, una zona exclusiva en el corazón de la ciudad donde solo viven 2.000 habitantes, esta vivienda fue un regalo de su padre, Rainiero III. Le hizo el obsequio en 1978, antes de que se casara por primera vez con Philippe Junot. A pesar de su localización, en plena ciudad, es una residencia muy tranquila y serena, justo lo que la princesa buscaba para sus momentos alejada de la familia real.

Se construyó inspirándose en el estilo de la Belle Époque por lo que cuenta con una fachada en tono pastel, columnas de mármoles, grandes frontones con cenefas decorativos y balcones blancos y simétricos. Estos detalles lujosos y elegantes la convierten en una de las mansiones más sofisticadas de la zona.

Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi
GTRES

Un detalle llamativo de esta mansión es que cuenta con varios ventanales que permiten que la luz entre a raudales en todas las estancias, aportando energía y luminosidad. Y no solo eso. Estas aperturas le permiten a la hermana de Estefanía de Mónaco disfrutar de las imponentes vistas de la bahía que da al mar Mediterráneo y del urbanismo elegante que compone a Mónaco.

Otro elemento que convierte esta casa en un lugar único son sus jardines, muy cuidados y adornados con todo tipo de flores. Geranios, rosas, magnolias o buganvillas decoran esta zona y aportan mucho color a la fachada blanca de esta mansión. Por supuesto, nadie puede ver este jardín de las delicias porque un grueso muro exterior protege el hogar de la princesa de miradas indiscretas. Es también en el exterior donde hay una piscina privada, donde pasar las tardes calurosas de verano que asolan Mónaco en la temporada estival.

Seis habitaciones, salas de estar para las visitas y una gran piscina

Son muy pocos los detalles que han trascendido sobre el interior hogar de la princesa. Lo que sí se sabe es que ella la decoró cada rincón de esta casa, construyendo su hogar a base de detalles únicos y refinados. En su interior se pueden encontrar muebles clásicos y tradicionales, así como otros que siguen el estilo más moderno de los últimos tiempos.

En cuanto la distribución y las zonas disponibles, se conoce que cuenta con 6 habitaciones grandes, tres salones donde disfrutar del tiempo libre, varias salas de estar para recibir visitas y una gran biblioteca con algunos de los tomos más importantes de la historia de la literatura.

Casa de Carolina de Mónaco
Google Maps

Sabiendo que una vida mediática a veces hace desear momentos privados, Carolina añadió dos anexos a la casa original, de manera que cada miembro disfrutara de su propio espacio. Cerca de esta mansión se encuentra el Palacio Grimaldi, la casa de su hermana, Estefanía, el Museo Oceanográfico y los jardines de Saint-Martin.

Además de todos estos detalles, Clos-Saint Pierre es un lugar cargado de recuerdos e historia de la familia Grimaldi. Fue aquí donde Carolina vivió parte de su historia de amor con Stefano Casiraghi, crío a sus hijos, Andrea, Carlota y Pierre Casiraghiy recibió visitas de sus amistades más cercanas.

Es por eso que se podría decir que es el lugar donde Carolina de Mónaco puede dejar de lado su título y papel y ser simplemente ella. Un espacio donde su vida, su personalidad y sus aficiones pueden ocupar el lugar principal. Quizá el propio espacio sea un reflejo de ella misma. Una mezcla de elegancia y serenidad que transmite una gran armonía.