La reina Letizia (52 años) protagonizó ayer una aparición que fue de lo más comentada. Cuando parecía que solo iba a una reunión de trabajo más, llamó la atención la forma en la que llegó a su cita. Doña Letizia hizo aparición sosteniendo su propio paraguas y del brazo de María Dolores Ocaña, su mano derecha. Teniendo en cuenta el protocolo, resultó llamativo que fuera la Reina la que sostuviera el paraguas y que su secretaria compartiera protagonismo con ella.
Nada de esto habría sido casualidad. Cada gesto de los miembros de la realeza es estudiado al detalle y esconde detrás diferentes intenciones. Para entender mejor a qué se debió que la reina Letizia hiciera esta aparición paraguas en mano, hemos hablado con María José Gómez Verdú, experta en protocolo y etiqueta. La experta nos ha resuelto algunas dudas sobre las intenciones de la mujer de Felipe VI al romper con el protocolo de esta manera que tanto se ha comentado.
¿Qué dicta el protocolo sobre que un miembro realeza sostenga su propio paraguas en un acto público?
Desde el punto de vista del protocolo y la etiqueta, las imágenes de la reina Letizia sosteniendo el paraguas en un acto oficial generan un debate interesante sobre la percepción de su rol como figura representativa. En situaciones protocolarias, los pequeños gestos no son casuales. Comunican mensajes sobre jerarquía, cortesía y el equilibrio entre cercanía y formalidad.
Tradicionalmente, el protocolo sugiere que el monarca o un miembro de la realeza en funciones oficiales sea asistido en detalles prácticos como sujetar un paraguas, ya que esto refuerza el carácter institucional de su papel.
¿Qué pretendería la reina Letizia dejando esta imagen tan inusual?
Al encargarse personalmente de esta tarea, la reina Letizia proyecta una imagen de cercanía y autosuficiencia, algo que ha caracterizado su estilo a lo largo de los años. Este gesto, aunque puede parecer menor, podría interpretarse como una ruptura con la rigidez protocolaria clásica, acercando la institución a la ciudadanía.
Como experta en protocolo, ¿cómo interpreta que María Dolores Ocaña, secretaria de la reina Letizia, fuera bajo el mismo paraguas?
Un detalle significativo en las imágenes es la posición de la secretaria, resguardándose junto a la Reina bajo el paraguas que esta sostenía. Desde el punto de vista del protocolo, esta situación podría percibirse como un desajuste, ya que la figura principal, en este caso la Reina, no debería ocuparse de tareas prácticas como sujetar un paraguas, especialmente cuando acompaña a un equipo cuyo rol incluye asistir en estos detalles.
Sin embargo, al asumir personalmente esta acción y compartir el paraguas con su secretaria, la reina Letizia proyecta un mensaje de humanidad y cercanía que rompe con la rigidez de las jerarquías tradicionales. Este gesto, aunque poco ortodoxo en el protocolo, puede leerse como una muestra de su carácter práctico y de la importancia que otorga al trabajo en equipo, destacando un estilo de liderazgo más horizontal.
En este caso, el equilibrio ideal habría sido que la secretaria tomara la iniciativa de sostener el paraguas, permitiendo que la Reina centrara toda su atención en los anfitriones y en el acto oficial. Sin embargo, la elección de la Reina de actuar de manera espontánea humaniza su figura y conecta emocionalmente con quienes valoran la cercanía y la sencillez en los roles públicos. Esto refuerza su imagen como una consorte moderna que, aunque mantiene ciertos formalismos, no teme mostrarse accesible y natural ante el público.
También llamó la atención que cuando llegaron al lugar de reunión, su anfitrión también se puso bajo el mismo paraguas que ellas, que seguía sostenido por la reina Letizia…
Que el anfitrión se refugie también bajo el paraguas de la Reina es, desde la etiqueta, un acto que merece atención. Si bien puede interpretarse como un gesto de camaradería y cercanía, en el contexto protocolario puede romper con las reglas de deferencia hacia la figura real. En este tipo de encuentros, el anfitrión habitualmente recibe bajo su propio paraguas, asegurando que la atención se mantenga en la figura del invitado principal.
La reina Letizia no es la primera persona de la realeza que tiene este gesto. El rey Felipe, Máxima de Holanda o Isabel II también han recurrido al paraguas para mostrar cercanía...
Os hablo de otros monarcas que también sujetaron sus paraguas, en casos muy puntuales. Un caso emblemático es el de la reina Isabel II, quien en más de una ocasión fue vista sosteniendo su propio paraguas transparente durante eventos al aire libre. Estos paraguas, diseñados específicamente para permitir que su rostro permaneciera visible, eran una herramienta funcional que mostraba su compromiso con la visibilidad pública. Aunque tradicionalmente se espera que un asistente la resguardara, su decisión de manejar el paraguas personalmente subrayaba su naturaleza pragmática y su interés por cumplir con sus deberes sin importar las inclemencias del tiempo.
El rey Felipe VI también ha sido visto sujetando su paraguas en actos públicos, especialmente en situaciones informales o de menor carga protocolaria. Por ejemplo, en visitas a zonas afectadas por desastres naturales, donde el contexto prioriza la empatía y la cercanía sobre la rigidez de las normas protocolarias, este gesto proyectaba una imagen más accesible y cercana al pueblo.
Otra figura destacada es la reina Máxima, conocida por su estilo moderno y relajado. En varias visitas oficiales, ha sido captada sosteniendo su paraguas, ya sea al salir de un coche o durante actos en exteriores. Este gesto refuerza su imagen de espontaneidad y naturalidad, que ha sido una de sus características más apreciadas por el público y los medios.
Antes de su ascenso al trono, el entonces príncipe Carlos fue fotografiado en diversas ocasiones sujetando su propio paraguas, especialmente durante visitas a comunidades locales o actos en jardines. Este gesto se ha interpretado como una forma de subrayar su conexión con las personas y su disposición a adaptarse a situaciones más informales.